1480-9-23 -Visita a los Partidos de la
Mancha, Ribera del Tajo, Campo de Montiel y Sierra de Segura. Visitación de
Siles (AHN. Guía de las OO.MM. Mss.
Santiago. Sign. 1064 C pág. 230-233).
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Vesitaçión de Siles
En veinte e tres días del dicho mes de setiembre del dicho año de LXXX (1480) años, los dichos visitadores fueron a la villa de Syles, de la Encomienda de Segura e hicieron juntar los alcaldes y regidores de la dicha villa y les mostraron los poderes que llevaban del maestre nuestro señor, los cuales obedecieron con debida reverencia y cuanto al complimiento de ellos que eran prestos de los cumplir como en ellos se contiene.
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Luego los dichos visitadores mandaron pregonar al portero de la dicha villa que si había alguna persona o personas, que tuviese queja o recibido algún agravio del señor comendador de la Encomienda de Segura o de los suyos o una persona de otra, que pareciese ante ellos y les harían todo cumplimiento de justicia.
Luego los dichos visitadores fueron a ver e visitar la iglesia de Señora Santa María que es la iglesia parroquial de la dicha villa. La cual estaba muy bien reparada y hallaron por cura de ella a Alfonso Sánchez, fraile del convento de Uclés, con presentación del Conde de Paredes don Rodrigo Manrique cuando se llamó Maestre y colación del Obispo de Cartagena y le mandaron los dichos visitadores que en el próximo Capítulo General parezca ante el maestre nuestro señor a mostrar sus títulos para que su señoría los vea y mande en ello proveer lo que fuere su servicio.
Tiene el dicho cura el pie de altar e primicias de pan e queso.
Hay en la dicha iglesia una capellanía.
Tiene la dicha iglesia un misal misto de oraciones y cóleras. Tiene un manual para dar sacramentos y algunas misas votivas. Tiene un evangelistero dominical y santoral. Tiene un salterio. Tiene unas cincoestorias. Tiene un santoral de lectura y un dominical de lectura y canturía. Tiene dos oficiarios, un dominical y santoral. Un dominical de lectura y canturía. Un epistolario. Unos costales.
Tiene una cruz de plata blanca esmaltada en que puede haber nueve o diez marcos de plata. Tiene un cáliz de plata sano y otro quebrado, había en unos (¿) cálices cuatro marcos de plata poco más o menos. Un par de ampollas de plata, puede haber en ellas un marco de plata. Un relicario de plata. Una cruz cristalina con un pie de plata pequeña.
Tiene la dicha iglesia una capa de damasco blanco con su cenefa de hilo de oro y seda y capilla. Otro vestimento de damasco leonado con su cenefa de terciopelo verde brocado con su aparejo. Otro vestimento de zarzahán con su recabado y otro viejo de zarzahán raído con su recabado. Una capa de zarzahán mediada.
Cinco albas sin las de las vestimentas. Más otra alba. Tres pares de manteles para los altares, están en el altar mayor. Dos frontales pintados de imágenerías; en el altar de los mártires (¿) tiene un frontal de raso pintado.
Luego los dichos visitadores, el comendador Fernando Díaz de Rivadeneira y el vicario Alfonso Fernández, porque el dicho licenciado Pedro de Horozco no fue a la dicha villa de Syles, que desde el dicho lugar Torres de Albanchez se fue a Veas enfermo de dolencia y los dichos comendador y vicario, visitadores, fueron a la fortaleza de la dicha villa de Syles y llegaron a la puerta de dicha fortaleza y preguntaron por el /232/ dicho señor conde y comendador de Segura a Pedro de Mérida, su contador, el cual dicho contador respondió a los dichos visitadores que el comendador, su señor, estaba acostado en cama y su merced les pedía de mucha gracia subiesen arriba donde él estaba, que los quería ver. Luego los dichos visitadores subieron arriba a una cámara que está dentro en la dicha fortaleza y estos entrando grande pieza dentro (¿). Después de lo cual abajaron y mandaron a mí el dicho escribano que asentase en esta visitación como la dicha fortaleza era muy buena y bien reparada y como en ella cada día mandaba bien (¿) el dicho señor conde y que visitaron su persona y que lo hallaron muy buen caballero de orden y mucho obediente al servicio del maestre nuestro señor, como de su verdadero maestre y que estaba presto para servirle según que era obligado, y que la dicha fortaleza por la dicha causa no se podía ahora visitar más, a causa de la dicha enfermedad que el dicho señor conde padecía, porque aquella y todo lo que el dicho señor conde había de la Orden y de su encomienda de Segura, estaban al servicio de su señoría.
Luego los dichos visitadores fueron a ver dos hornos de pan cocer que son de la dicha encomienda, que estaban en la dicha villa de Syles y el uno está razonablemente reparado. Y el otro horno que se llama del Cerrillo muy mal reparado, mandaron al dicho señor comendador de Segura, presente el dicho Pedro de Mérida, su contador en ausencia del dicho señor conde, en virtud de obediencia, que mande cubrir el dicho horno de cabo a cabo y que la pared de las espaldas de dicho horno que sale a la calle que las deshaga y la mande hacer de nuevo. Y que en la capilla del horno repare lo que en ella está mal tratado, todo hasta el día de Todos los Santos próximo y si no lo hiciere hasta el dicho día, y aquel pasado, mandamos al Concejo que dende adelante cueza su pan donde quisieren sin pagar poya ni pena alguna.
Este dicho día, en la dicha villa de Syles, los dichos visitadores hallaron ende al dicho Juan Sánchez, cura de Torres de Albanches y le mandaron que hasta Navidad próxima, traiga presentación del maestre nuestro señor, del dicho curadgo de Torres y abandono (¿) que es sido agora por entonces y de entonces por agora pasado el dicho tiempo que lo privarían y privaron del dicho curadgo y le mandaron que residiese en el dicho su curadgo o ponga persona que sirva el dicho curadgo, que el pueblo sea contento, y le mandaron que no curase ni obedeciese carta de descomunión, ni contradicho que el señor arzobispo ni sus jueces allí entrasen, ni obedeciesen sus mandamientos generales, en especial sobre lo de las ermitas que el dicho arzobispo quiere adjudicar de las que están en la Orden para la iglesia que estuviesen de Alcalá. Y por /233/ los dichos visitadores que lo mandaron así en presencia del dicho Juan Sánchez, cura, le mandaron que non oviase (¿) del mandamiento que sobre la traída de la presentación le dieron. Salvo de lo de esta notificación.
Los dichos visitadores demandaron la copia de las cuentas de la encomienda de Segura, al dicho contador, Pedro de Mérida, dijo que las daría y no las dio.
COMENTARIO: El 23 de septiembre de 1480 los visitadores
santiaguistas, el Comendador Fernando Díaz de Rivadeneira y el Vicario Alfonso
Fernández, llegaron a Siles que entonces
era una villa de la Encomienda santiaguista de Segura de la Sierra. Presentaron
el mandamiento de poder de su Maestre don Alfonso de Cárdenas de acuerdo con su
Capítulo General, a los alcaldes y regidores de Siles, que lo obedecieron y
estaban prestos a cumplirlo.
A continuación hicieron pregonar en el lugar que cualquier
persona que tuviera queja o agravios del Comendador de Segura don Pedro
Manrique, II Conde de Paredes, que por entonces residía en la villa de Siles, o
de sus criados, que se presentasen ante ellos, los oirían y harían justicia.
Luego visitaron la iglesia parroquial de Santa María, que
estaba muy bien reparada, donde estaba de cura Alfonso Sánchez, freile
santiaguista del Convento de Uclés.
Después fueron a visitar la fortaleza, llegaron a la puerta y
preguntaron por el Comendador de Segura, don Pedro Manrique, II Conde de
Paredes; su contador Pedro de Mérida les dijo que el señor Conde estaba en la
cama enfermo y que subieran los visitadores a su estancia que quería verlos.
Después de la visita a la estancia del Conde, bajaron los visitadores de la
fortaleza y mandaron al escribano que anotara como la dicha fortaleza era muy
buena y bien reparada y como en ella cada día mandaba bien el dicho señor conde
y que visitaron su persona y que lo hallaron muy buen caballero de orden y muy
obediente al servicio del Maestre nuestro señor, como de su verdadero maestre y
que estaba presto para servirle según que era obligado, y que la dicha
fortaleza por la dicha causa no se podía ahora visitar más, a causa de la dicha
enfermedad que el dicho señor Conde padecía, porque aquella y todo lo que el
dicho señor conde tenía de la Orden y de su Encomienda de Segura, estaban al
servicio de su señoría el Maestre de Santiago.
Luego visitaron los dos hornos de pan, propiedad de la
Encomienda de Segura, donde los vecinos cocían su pan. Uno de los hornos estaba
razonablemente reparado pero el horno del Cerrillo necesitaba rehacer una de
las paredes y tejarlo por completo. Los visitadores mandan al Comendador, en
presencia de su contador Pedro de Mérida que realice las obras antes del
próximo día de Todos los Santos; a partir de este día, si no estuviera
reparado, los visitadores mandan al Concejo de Siles que los vecinos cuezan el
pan donde quisieren sin pagar poya ni ser penalizados.
Por último los visitadores pidieron copia de las cuentas de
la Encomienda al contador Pedro de Mérida que dijo que las daría pero que no
las dio.
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