Buscar en este blog

miércoles, 23 de octubre de 2024

1.498.- Visita a Torres de Albanchez de la Orden de Santiago.

 


1498-10-03 -Visita a los Partidos de Sierra de Segura y Murcia. Visita a Torres de Albanchez. (AHN. Guía de las OO.MM. Mss. Santiago. Sign. 1069 C pág. 174-180. Archivo General de la Región de Murcia).

 

 

Visitación de Torres de Albanchez

/174/

En tres días del mes de octubre del dicho año (3-10-1498), fueron los dichos visitadores a visitar Torres de Albanchez, que es de la Encomienda de Segura, en el cual se juntaron luego los jurados y regidores del dicho lugar, a los cuales fue notificado el poder de sus altezas y por ellos fue obedecido con aquella reverencia y acatamiento que debían y en cuanto al cumplimiento que estaban prestos de los cumplir; testigos Diego Vázquez y Juan García y el bachiller Rodrigo del Castillo.

 

Y luego mandaron a los dichos regidores, los dichos visitadores, que diesen la copia de los vecinos del dicho lugar según que se suele dar en las otras villas y sus altezas lo mandan por su comisión y especifiquen los cuantiosos que hay en el dicho lugar, mañana en todo el día, so pena de la merced de sus altezas.

 

Y luego incontinente (a continuación) fueron dados los pregones acostumbrados en las otras villas y lugares de la dicha visitación.

 

Visitación de la iglesia.

Y después de lo susodicho, este dicho día, los visitadores fueron a visitar la iglesia del dicho lugar, la cual es de la vocación de Santa María, la cual es de una nave cubierta de buena madera de pino y tiene un altar mayor, el cual está bien ataviado de frontales y manteles y en él tiene un retablo de lienzo puesto en madera pintado y encima del altar está la imagen de Nuestra Señora de bulto y al cabo de la dicha iglesia está una tribuna sobre pilares de madera y un campanario nuevo y junto con el altar está un sagrario hecho de yeso con sus puertas buenas de talla y con su cerradura.

 

Luego el dicho cura de Valdaracete se vistió una sobrepelliz y encima una estola y con aquella reverencia que debía visitó el Santo /175/ Sacramento del Corpus Cristi, el cual halló en el dicho sagrario, en un cofre de madera pintado y dentro en él un vaso de plata y en el dicho vaso el Corpus Cristi muy honestamente, el cual estaba cubierto con una seda rasa; y preguntó el dicho cura a Alonso Machado, clérigo, cuánto hacía que había renovado, el cual dijo que cuatro días; y dentro de dicho cofre estaban unos corporales limpios y en el dicho sagrario estaba el olio de la crisma y el olio ynfermorun en tres ampolletas de plata a buen recaudo; y en el dicho altar está una ara nueva con unos corporales encima de lienzo basto.

 

Y luego visitaron la pila de bautismo, la cual halló limpia y cubierta y buena.

 

Hallaron en la dicha iglesia por cura de ella a Alonso Machado, fraile de la Orden de Santiago, el cual está proveído por el Arzobispo con presentación de sus altezas, el cual hallaron buen eclesiástico y que guarda los ayunos y no tenía la regla, mandaron que dentro de un mes la tenga y la lea cada mes una vez; por los freiles se le impuso cierta penitencia.

 

Y luego se hizo el inventario de los bienes de la iglesia en la manera siguiente:

 

Plata

Una cruz de plata mediana con un crucifijo que pesa cuatro marcos.

Hasta onza y media de plata en cosas que tiene el mayordomo.

Otra cruz de plata pequeña que pesa hasta cinco onzas.

Un cáliz de plata con su patena de hasta dos marcos.

Tres ampollas de plata para el olio de la crisma y olio ynfermorun.

Una custodia para el Corpus Cristi que está en el sagrario de plata.

 



Ornamentos.

Un vestimento de  (..) obrada con su recabado.

/176/

Un vestimento de lienzo blanco con su alba y amito.

Una casulla de carmesí terciopelo raída con su cenefa.

Una alba por bendecir. Una capa vellutada de seda con su cenefa y capilla bueno. Una manga de cruz de terciopelo negro. Tres sayas para Nuestra Señora, una blanca, otra azul y otra colorada. Cuatro sábanas buenas. Una colcha mediada. Nueve pares de manteles. Una orilla de seda colorada. Cinco amitos por bendecir. Un frontal de guadamecí nuevo. Dos arcas de almadraques. Una cortina. Un tabardo negro. Una saya de fustán. Unas tobajas labradas. Un velum templi. Cuatro camisas de Nuestra Señora. Ciertos tocados.

 

Campanas y otras cosas.

Dos campanas grandes en el campanario. Un incensario de açiofar. Dos ciriales de madera. Una lámpara grande con su bacín muy buena. Dos arcas para los ornamentos. Tres tinajas aceiteras. Otra que compró el mayordomo. Mas dos tinajas de vino y más una novilla de dos años.

 

Libros.

Un misal de molde toledano de papel. Un coletario de pergamino viejo de la regla de Santiago. Un dominical viejo de lectura y canturía de una regla. Otro dominical medio de lectura viejo. Unas cincoistorias buenas. Un santoral viejo. Un salterio viejo. Un misto acuchillado de los moros. Un cuaderno de las tinieblas. Otro de las procesiones. Un cuaderno de la visitación de Nuestra Señora. Otro de la fiesta del Corpus Cristi. Un libro pequeño viejo bautisterio para dar los sacramentos. Un sacramental de molde en romance.

 

Posesiones de la iglesia.

Tiene la dicha iglesia setenta pies de olivas que rentan poca cosa.

Y luego tomaron la cuenta al dicho mayordomo García Martínez de los bienes de la /177/ iglesia y de lo que había recibido y gastado en esta manera:

Montó los maravedíes que tenía recibidos el dicho García Martínez hasta este dicho día que se le tomó la cuenta, ocho mil y novecientos y noventa y un maravedíes. VIII U DCCCC XCI (8.991.-).

Montó los maravedíes que tenía gastados el dicho mayordomo hasta este dicho día según lo dio por menudo, cuatro mil y cuatrocientos y cuarenta y cinco maravedíes. IIII U CCCC XLV (4.445.-).

Descontados de los maravedíes del dicho cargo fue alcanzado el dicho García Martínez, mayordomo, que debe a la dicha iglesia cuatro mil y cuatrocientos y noventa y un maravedíes y más catorce arrobas de aceite que se halló que tenía la dicha iglesia. IIII U CCCC XCI (4.491.-)  XIIII (14) arrobas de aceite.

 

En los cuales dichos maravedíes y aceite los dichos visitadores condenaron al dicho García Martínez para que los dé y pague a la dicha iglesia o al que por ella lo tuviere de haber hasta nueve días primeros siguientes, testigos Alonso Machado, cura y Juan López del Postigo y otros regidores que a la dicha cuenta estuvieron, los cuales la tuvieron por buena y la aprobaron.

 

Mandaron los dichos visitadores al dicho García Martínez, mayordomo, que haga un cáliz de diez onzas que dio que debía Rodrigo de Torres, el cual ha de pagar la hechura y que lo haga hacer hasta en fin de mes de abril del año venidero de noventa y nueve años, de la cual plata se tomó por contrato el dicho García Martínez que se la entregaron en mi presencia y de los de insoescriptos que fueron el cura Alonso Machado y Juan Ruiz y Juan López del Postigo, vecinos del dicho lugar.

 



Visitación de San Clemente.

Este día visitaron la ermita de San Clemente los dichos visitadores, la cual es de tres naves sobre pilares de yeso y toda blanqueada y cubierta de madera nueva acepillada y bien reparada y el altar mayor con sus manteles y frontal y un retablo de pincel pequeño.

/178/

Inventario de la ermita, hecho en cinco días de  octubre

Tiene cuatro pares de manteles medio raidos. Una tinaja de tres arrobas para aceite. Un frontal de una cara de almadraque. Dos poyales. Diez cabezas de ganado cabrío. Veinte celemines de trigo. Una argolla pequeña. Una campanilla pequeña. Cuatro olivas en ciertas partes.

Se le tomó la cuenta al mayordomo que es Juan Ruiz de Vitoria y montó lo que tenía recibido hasta este dicho día, cuatrocientos y cuarenta y un maravedíes y medio. CCCCXLI mº (441,50).

Que dio que había gastado en una oliva que compró cien maravedíes. C (100.-).

Descontado del dicho cargo fue (¿) alcanzado el dicho mayordomo por trescientos y cuarenta y un maravedíes y medio y una fanega y ocho celemines de trigo. CCCXLI mº (341,50) I fanega VIII celemines de trigo.

 

En los cuales dichos maravedíes y trigo los dichos visitadores le condenaron al dicho Juan Ruiz que los dé y pague a la dicha ermita hasta nueve días primeros siguientes.

 

San Sebastián

Visitaron una ermita de la vocación de San Sebastián, la cual es de una nave y cubierta de buena madera de pino y en el altar mayor tenía un frontal y manteles limpios y un retablo de pincel.

 

Ornamentos y bienes de la ermita

Tiene cinco fanegas de tierra linde con Juan López del Postigo y diez y seis pies de olivas en muchas partes. Cuatro sábanas de cáñamo las dos nuevas, Dos pares de manteles. Un frontal de lienzo pintado. Un cabecero labrado. Dos frontales viejos. Dos poyales viejos. Una tinaja para tener aceite.

 

En término de este dicho lugar hay otras dos ermitas, la una de la Madalena y la otra de Santa Catalina. No tienen renta ninguna, salvo una viña y tres olivas que rentan muy poco que no son nada.

 

La torre

Este dicho día los dichos visitadores visitaron la torre del dicho lugar, la /179/ cual es de cal y canto y cuadrada, gruesa y bien alta y tiene dos bóvedas bajas y otras dos altas. Y encima tiene su pretil y almenas. Y los visitadores pasados mandaron cubrir el tejado de la dicha torre y poner ciertas puertas, lo cual todo hallaron hecho y bien reparado.

 

La dicha torre tiene alrededor una barrera de cal y canto y algunas tapias encima y hacia la parte de las casas del camino de Benatahe está caído la obra de dos tapias y en el muro de la dicha barrera, caído un gran pedazo; no se halló información cuando se cayese ponese aquí para hacer de ello relación a sus altezas.

 

Y este dicho día ante los visitadores pareció Martín López y dijo que presentaba una copia de los vecinos y cuantiosos que hay en el dicho lugar, los cuales son ciento y diez vecinos cuatro viudas y huérfanos de los cuales son cuantiosos los siguientes:

Juan López del Postigo, cuantioso

Fernando Bermúdez, cuantioso

Juan García del Rincón, cuantioso

Pedro de Sevilla, cuantioso

 

La cual dicha copia juró en forma debida de derecho y so cargo del juramento dijo que todos tienen sus caballos salvo Juan López del Postigo; le mandaron los dichos visitadores que le coja hasta el día de Navidad primero de este próximo año, so pena de mil maravedíes para la cámara de sus altezas.

 



Visitaron el horno de poya del dicho lugar que es de la dicha Encomienda, en el cual por la visitación pasada los visitadores pasados mandaron al comendador que reparase ciertas cosas en él y lo retejase, lo cual /180/ no se halló hecho. Y luego los dichos visitadores queriendo cumplir y ejecutar lo que sus altezas mandan, recibieron juramento de Pedro Gómez y de Fernando Gallego y Juan Barrancos, albañiles, y los cuales juraron en forma debida y so cargo del dicho juramento les mandaron los dichos visitadores que apreciasen y tasasen lo que era menester para hacer y reparar el dicho horno; y los cuales lo vieron y tasaron la dicha obra y declararon so cargo del juramento que hecho tenían, que había menester para el reparo del dicho, cientos y cincuenta maravedíes.

 

Y luego los dichos visitadores mandaron a Martín Bermúdez, vecino de dicho lugar, que hiciese hacer el dicho reparo o lo que se pudiese hacer de madera y cubrir de teja luego y lo que se ha de reparar de cal y arena hasta en fin de mes de mayo del año venidero de noventa y nueve años; en el cual dicho Martín Bermúdez los dichos visitadores depositaron los dichos maravedíes y él se tuvo y otorgó por contento de ellos y se obligó de hacer y reparar el dicho horno en el dicho término, para lo cual obligó su persona y bienes y renunció las leyes de derecho y dio poder a todos los jueces y otorgó carta firme y recibo; testigos García Martínez el viejo y García Martínez el mozo, su hijo, vecinos del dicho lugar Torres.

 

Las rentas que la dicha Encomienda tiene en el dicho lugar no se ponen aquí porque al fin de la visitación de la dicha Encomienda van especificadas.

 

COMENTARIO: El 3 de octubre de 1.498 los visitadores santiaguistas Rodrigo Dávalos, comendador de Montealegre y Pedro de Morales, cura de Valdiacete, llegaron a la villa de TORRES DE ALBANCHEZ que entonces pertenecía al señorío santiaguista de la Encomienda de Segura de la Sierra, en el reino de Murcia. Administrativamente la Encomienda dependía directamente del Maestre de Santiago que en este año eran Sus Altezas los Reyes Católicos.

Los visitadores presentaron a los componentes del Concejo el poder que llevaban de los Reyes Católicos para que lo acataran y lo cumplieran. A continuación se hicieron los pregones acostumbrados que se hacían en todas las villas y lugares de esta visitación: que si había alguna persona que tuviese alguna queja del comendador (D. Pedro Puertocarrero) o de sus alcaides o de sus mayordomos o mamposteros que lo venga a denunciar y que les harán cumplimiento de justicia.

 

- Iglesia

La iglesia está bajo la advocación de Santa María. La cual es de una nave cubierta de madera de pino y tiene un altar mayor con un retablo de lienzo puesto en madera pintado y encima del altar está la imagen de Nuestra Señora de bulto y al cabo de la dicha iglesia está una tribuna sobre pilares de madera y un campanario nuevo con dos campanas grandes (este antiguo campanario se caería y tuvo que reedificarse de nuevo). En la iglesia estaba de cura Alonso Machado, fraile de la Orden de Santiago y de mayordomo García Martínez que presento las cuentas de la iglesia y el inventario de sus bienes. Entre los bienes había un libro “acuchillado por los moros”.

 

- Ermita de San Clemente

La ermita de San Clemente es de tres naves sobre pilares de yeso y toda blanqueada y cubierta de madera nueva acepillada y bien reparada y el altar mayor con sus manteles y frontal y un retablo de pincel pequeño. El mayordomo era Juan Ruiz.

 

- Ermita de San Sebastián

La ermita de San Sebastián es de una nave y cubierta de buena madera de pino y en el altar mayor tenía un frontal y manteles limpios y un retablo de pincel.

 

En su término hay otras dos ermitas, la una de la Madalena y la otra de Santa Catalina. No había ninguna ermita de la Virgen del Campo. En este año existía una ermita de la Virgen del Campo en el término de Génave, junto al término de Villarrodrigo en lo que hoy es el caserío de Santa María.

 

- Torre-cortijo

Los visitadores santiaguistas visitan la torre que era de cal y canto y cuadrada, gruesa y bien alta y tiene dos bóvedas bajas y otras dos altas. Y encima tiene su pretil y almenas. Y los visitadores pasados mandaron cubrir el tejado de la dicha torre y poner ciertas puertas, lo cual todo hallaron hecho y bien reparado.

La dicha torre tiene alrededor una barrera muralla o cortijo de cal y canto y algunas tapias encima y hacia la parte de las casas del camino de Benatahe está caído la obra de dos tapias y en el muro de la dicha barrera, caído un gran pedazo; no se halló información de cuando se cayeron para hacer relación a los reyes.

 

- Horno de pan

Los visitadores visitaron el horno de pan de la Encomienda y vieron que no había sido reparado, ni retejado, lo que mandaron los visitadores anteriores, los nuevos visitadores mandaron tasar las obras y otorgaron carta firme y recibo para que hicieran las obras en plazo.

 

Tenía 110 vecinos o familias y 4 viudas y huérfanos (alrededor de 500 habitantes) de los cuales 4 eran caballeros de cuantía, obligados a tener caballo y armas dispuestos para la guerra. Eran cuantiosos aquellos vecinos que tenían propiedades por valor superior a una determinada cantidad o cuantía. Se llamaban Juan López del Postigo, Fernando Bermúdez, Juan García del Rincón y Pedro de Sevilla.

 

NOTA: La torre-cortijo es una construcción de los siglos XI-XII que serviría de defensa de una alquería musulmana en sus inmediaciones. Tras la ocupación cristiana la alquería quedó abandonada y la fortaleza fue rehabilitada y mantenida por la Orden de Santiago. En el siglo XIV fue repoblada por los vecinos de Albanchez (Piedras de la Ermita).

 


viernes, 11 de octubre de 2024

1.940.- Memoria Histórica. Pedro Montalvo Vera. Reclusión 20 años.

 


1940-06-5.-Memoria Histórica. Pedro Montalvo Vera. Reclusión 20 años. (Archivo del Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla. Memoria Histórica. IEG. Procedimiento sumarísimo de urgencia  Nº 42.756 Doc. 1-16 )

 

/1/ Carátula del Expediente

 

EJÉRCITO ESPAÑOL

AUDITORIA DE GUERRA DEL EJERCITO DE OPERACIONES DEL SUR

PLAZA DE Orcera

Procedimiento Sumarísimo de Urgencia núm. 42.756

PROCESADO: Pedro Montalvo Vera

En prisión preventiva en Villacarrillo

Desde el día: 12 de marzo de 1940

Por el delito de Rebelión

 



/16/ Sentencia

 

SENTENCIA

 

En la Plaza de Villacarrillo, cinco de Junio de mil novecientos cuarenta.

Reunido el Consejo de Guerra Permanente para ver y fallar el Procedimiento sumarísimo de urgencia nº 42.756, por rebelión militar, contra PEDRO MONTALVO VERA; dada lectura a las actuaciones, oídos los informes del Sr. Fiscal y Defensor, y las manifestaciones del encausado, y

 

RESULTANDO: Que el Procesado PEDRO MONTALVO VERA, de treinta y siete años, jornalero, natural y vecino de Villarrodrigo; izquierdista desde fecha anterior a la del Glorioso Alzamiento, que fue secundado en el pueblo de su vecindad por los elementos de orden, luchando para reducirlos el procesado, acerca de cuya conducta son contradictorios los informes. Presidió la Juventud Socialista durante la dominación roja y desempeñó el lugar de jefe con un grupo de colectivistas, marchando al frente cuando fue movilizado en reemplazo. Hechos probados.

 

1º CONSIDERANDO: Que los hechos declarados probados en el anterior resultando, son constitutivos de un delito de auxilio a la rebelión militar, previsto y penado en el artículo 240 del Código de Justicia Militar, del que aparece como autor responsable el procesado por ellos, al que procede imponer la pena señalada al delito cometido, aplicándola en su grado máximo por ser de apreciar las agravantes de peligrosidad social y grave trascendencia de los hechos ejecutados.

 

2º CONSIDERANDO: Que las penas principales llevan consigo otras de carácter accesorio por Ministerio de la Ley; y que el responsable criminalmente de un delito lo es también civilmente, responsabilidad esta que deberá determinarse y hacerse efectiva en armonía a lo prevenido en la vigente Ley de nueve de Febrero del pasado año.

 

Visto el artículo citado y demás de pertinente y general aplicación del Código de Justicia Militar y Bandos de Guerra vigentes.

 

FALLAMOS: Que debemos condenar y condenamos al procesado PEDRO MONTALVO VERA, a la pena de veinte años de reclusión temporal, como autor responsable de un delito de auxilio a la rebelión militar, con las agravantes apreciadas y las accesorias de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena y el pago de las responsabilidades civiles.

 

Así por esta nuestra sentencia lo pronunciamos y firmamos.

 



DETALLE:

Archivo

Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla)

Signatura

L-0486_17169

Fecha(s)

4/9/1939–30/4/1943

Encausado

Montalvo Vera, Pedro

Año de nacimiento

1903

Lugar de nacimiento

Villarrodrigo

Lugar de residencia

Villarrodrigo

Profesión

Jornalero

Afiliación

U.G.T.. J.S.U.

Causa

Rebelión militar

 

 




COMENTARIO: Pedro Montalvo Vera nació en Villarrodrigo en el año 1903. Era vecino de Villarrodrigo con domicilio en la calle Simarroja. Hijo de Narciso y Teodora y de profesión jornalero. Perteneció a la U.G.T. y fue presidente de las J.S.U.

Fue condenado a 20 años de reclusión temporal por sentencia en Villacarrillo el 5 de junio de 1940. Pasó condena en la Prisión Central de Astorga. En el BOE, publicación de libertades condicionales de la Prisión Central de Santa Rita de Carabanchel Bajo (Madrid) se le concede la libertad condicional provisional, con la liberación definitiva del destierro el 26/07/1943.

 


viernes, 4 de octubre de 2024

1.480.- Visitación de Siles por la Orden de Santiago.

 


1480-9-23 -Visita a los Partidos de la Mancha, Ribera del Tajo, Campo de Montiel y Sierra de Segura. Visitación de Siles (AHN. Guía de las OO.MM. Mss. Santiago. Sign. 1064 C pág. 230-233).

 

/230/

Vesitaçión de Siles

 

En veinte e tres días del dicho mes de setiembre del dicho año de LXXX (1480) años, los dichos visitadores fueron a la villa de Syles, de la Encomienda de Segura e hicieron juntar los alcaldes y regidores de la dicha villa y les mostraron los poderes que llevaban del maestre nuestro señor, los cuales obedecieron con debida reverencia y cuanto al complimiento de ellos que eran prestos de los cumplir como en ellos se contiene.

/231/

Luego los dichos visitadores mandaron pregonar al portero de la dicha villa  que si había alguna persona o personas, que tuviese queja o recibido algún agravio del señor comendador de la Encomienda de Segura o de los suyos o una persona de otra, que pareciese ante ellos y les harían todo cumplimiento de justicia.

 

Luego los dichos visitadores fueron a ver e visitar la iglesia de Señora Santa María que es la iglesia parroquial de la dicha villa. La cual estaba muy bien reparada y hallaron por cura de ella a Alfonso Sánchez, fraile del convento de Uclés, con presentación del Conde de Paredes don Rodrigo Manrique cuando se llamó Maestre y colación del Obispo de Cartagena y le mandaron los dichos visitadores que en el próximo Capítulo General parezca ante el maestre nuestro señor a mostrar sus títulos para que su señoría los vea y mande en ello proveer lo que fuere su servicio.

Tiene el dicho cura el pie de altar e primicias de pan e queso.

Hay en la dicha iglesia una capellanía.

Tiene la dicha iglesia un misal misto de oraciones y cóleras. Tiene un manual para dar sacramentos y algunas misas votivas. Tiene un evangelistero dominical y santoral. Tiene un salterio. Tiene unas cincoestorias. Tiene un santoral de lectura y un dominical de lectura y canturía. Tiene dos oficiarios, un dominical y santoral. Un dominical de lectura y canturía. Un epistolario. Unos costales.

 

Tiene una cruz de plata blanca esmaltada en que puede haber nueve o diez marcos de plata. Tiene un cáliz de plata sano y otro quebrado, había en unos (¿) cálices cuatro marcos de plata poco más o menos. Un par de ampollas de plata, puede  haber en ellas un marco de plata. Un relicario de plata. Una cruz cristalina con un pie de plata pequeña.

 

Tiene la dicha iglesia una capa de damasco blanco con su cenefa de hilo de oro y seda y capilla. Otro vestimento de damasco leonado con su cenefa de terciopelo verde brocado con su aparejo. Otro vestimento de zarzahán con su recabado y otro viejo de zarzahán raído con su recabado. Una capa de zarzahán mediada.

 

Cinco albas sin las de las vestimentas. Más otra alba. Tres pares de manteles para los altares, están en el altar mayor. Dos frontales pintados de imágenerías; en el altar de los mártires (¿) tiene un frontal de raso pintado.

 



Luego los dichos visitadores, el comendador Fernando Díaz de Rivadeneira y el vicario Alfonso Fernández,  porque el dicho licenciado Pedro de Horozco no fue a la dicha villa de Syles, que desde el dicho lugar Torres de Albanchez se fue a Veas enfermo de dolencia y los dichos comendador y vicario, visitadores, fueron a la fortaleza de la dicha villa de Syles y llegaron a la puerta de dicha fortaleza y preguntaron por el /232/ dicho señor conde y comendador de Segura a Pedro de Mérida, su contador, el cual dicho contador respondió a los dichos visitadores que el comendador, su señor, estaba acostado en cama y su merced les pedía de mucha gracia subiesen arriba donde él estaba, que los quería ver. Luego los dichos visitadores subieron arriba a una cámara que está dentro en la dicha fortaleza y estos entrando grande pieza dentro (¿). Después de lo cual abajaron y mandaron a mí el dicho escribano que asentase en esta visitación como la dicha fortaleza era muy buena y bien reparada y como en ella cada día mandaba bien (¿) el dicho señor conde y que visitaron su persona y que lo hallaron muy buen caballero de orden y mucho obediente al servicio del maestre nuestro señor, como de su verdadero maestre y que estaba presto para servirle según que era obligado, y que la dicha fortaleza por la dicha causa no se podía ahora visitar más, a causa de la dicha enfermedad que el dicho señor conde padecía, porque aquella y todo lo que el dicho señor conde había de la Orden y de su encomienda de Segura, estaban al servicio de su señoría.

 

Luego los dichos visitadores fueron a ver dos hornos de pan cocer que son de la dicha encomienda, que estaban en la dicha villa de Syles y el uno está razonablemente reparado. Y el otro horno que se llama del Cerrillo muy mal reparado, mandaron al dicho señor comendador de Segura, presente el dicho Pedro de Mérida, su contador en ausencia del dicho señor conde, en virtud de obediencia, que mande cubrir el dicho horno de cabo a cabo y que la pared de las espaldas de dicho horno que sale a la calle que las deshaga y la mande hacer de nuevo. Y que en la capilla del horno repare lo que en ella está mal tratado, todo hasta el día de Todos los Santos próximo y si no lo hiciere hasta el dicho día, y aquel pasado, mandamos al Concejo que dende adelante cueza su pan donde quisieren sin pagar poya ni pena alguna.

 

Este dicho día, en la dicha villa de Syles, los dichos visitadores hallaron ende al dicho Juan Sánchez, cura de Torres de Albanches y le mandaron que hasta Navidad próxima, traiga presentación del maestre nuestro señor, del dicho curadgo de Torres y abandono (¿) que es sido agora por entonces y de entonces por agora pasado el dicho tiempo que lo privarían y privaron del dicho curadgo y le mandaron que residiese en el dicho su curadgo o ponga persona que sirva el dicho curadgo, que el pueblo sea contento, y le mandaron que no curase ni obedeciese carta de descomunión, ni contradicho que el señor arzobispo ni sus jueces allí entrasen, ni obedeciesen sus mandamientos generales, en especial sobre lo de las ermitas que el dicho arzobispo quiere adjudicar de las que están en la Orden para la iglesia que estuviesen de Alcalá. Y por /233/ los dichos visitadores que lo mandaron así en presencia del dicho Juan Sánchez, cura, le mandaron que non oviase (¿) del mandamiento que sobre la traída de la presentación le dieron. Salvo de lo de esta notificación.

 

Los dichos visitadores demandaron la copia de las cuentas de la encomienda de Segura, al dicho contador, Pedro de Mérida, dijo que las daría y no las dio.

 



COMENTARIO: El 23 de septiembre de 1480 los visitadores santiaguistas, el Comendador Fernando Díaz de Rivadeneira y el Vicario Alfonso Fernández,  llegaron a Siles que entonces era una villa de la Encomienda santiaguista de Segura de la Sierra. Presentaron el mandamiento de poder de su Maestre don Alfonso de Cárdenas de acuerdo con su Capítulo General, a los alcaldes y regidores de Siles, que lo obedecieron y estaban prestos a cumplirlo.

A continuación hicieron pregonar en el lugar que cualquier persona que tuviera queja o agravios del Comendador de Segura don Pedro Manrique, II Conde de Paredes, que por entonces residía en la villa de Siles, o de sus criados, que se presentasen ante ellos, los oirían y harían justicia.

Luego visitaron la iglesia parroquial de Santa María, que estaba muy bien reparada, donde estaba de cura Alfonso Sánchez, freile santiaguista del Convento de Uclés.

Después fueron a visitar la fortaleza, llegaron a la puerta y preguntaron por el Comendador de Segura, don Pedro Manrique, II Conde de Paredes; su contador Pedro de Mérida les dijo que el señor Conde estaba en la cama enfermo y que subieran los visitadores a su estancia que quería verlos. Después de la visita a la estancia del Conde, bajaron los visitadores de la fortaleza y mandaron al escribano que anotara como la dicha fortaleza era muy buena y bien reparada y como en ella cada día mandaba bien el dicho señor conde y que visitaron su persona y que lo hallaron muy buen caballero de orden y muy obediente al servicio del Maestre nuestro señor, como de su verdadero maestre y que estaba presto para servirle según que era obligado, y que la dicha fortaleza por la dicha causa no se podía ahora visitar más, a causa de la dicha enfermedad que el dicho señor Conde padecía, porque aquella y todo lo que el dicho señor conde tenía de la Orden y de su Encomienda de Segura, estaban al servicio de su señoría el Maestre de Santiago.

Luego visitaron los dos hornos de pan, propiedad de la Encomienda de Segura, donde los vecinos cocían su pan. Uno de los hornos estaba razonablemente reparado pero el horno del Cerrillo necesitaba rehacer una de las paredes y tejarlo por completo. Los visitadores mandan al Comendador, en presencia de su contador Pedro de Mérida que realice las obras antes del próximo día de Todos los Santos; a partir de este día, si no estuviera reparado, los visitadores mandan al Concejo de Siles que los vecinos cuezan el pan donde quisieren sin pagar poya ni ser penalizados.

Por último los visitadores pidieron copia de las cuentas de la Encomienda al contador Pedro de Mérida que dijo que las daría pero que no las dio.