1479-1-9 -Visita a los Partidos de la
Mancha, Ribera del Tajo, Campo de Montiel y Sierra de Segura. Visita a Orcera (AHN. Guía de las OO.MM. Mss. Santiago. Sign.
1063 C pág. 315-316; Archivo General de la Región de Murcia).
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Visitaçión de Orçera, arraval de la villa
de Segura
Y después de esto que dicho es, nueve días del dicho mes de enero del dicho año de mill e quatrocientos e setenta e nueve años (9-01-1479), fueron los dichos visitadores a Orçera arraval de la dicha villa de Segura e juntaron sus regidores e otros onmes buenos de dicho lugar e presentaron los poderes del dicho señor Maestre, los quales los obedeçieron con devyda reverencia e que están prestos de los cumplir en todo y por todo según que en ellos se contiene.
Fueron a un cortijo que está en el dicho lugar, en que moran hasta quinse vesinos, poco más o menos y en este cortijo está un apartamiento a manera de castillo en que ay dos torres, la una mayor que la otra y un çircuyto que señorea al otro cortijo. Y ambas estas torres estaban abiertas de lo alto del tejado y syn ningunos suelos, asynmismo en la barvacana que está sobre la cana (¿) de fasya el lugar, es muy malas tapyas de tierra y baxas y gastadas. Fue mandado en la visytaçión pasada al Conçejo de dicho lugar que cubriese las dichas torres de teja e madera y les pongan sus suelos de madera e yeso y que derrocasen las paredes de la barrera y la hagan de sus tapias gruesas en el año de sesenta y ocho años. De lo qual non an hecho cosa ninguna y fueres puesto pena de dies mill maravedíes, las dos partes para el reparo de los adarves de Segura y la otra terçia parte para el dicho comendador. Los dichos visytadores mandaron al dicho Conçejo en presencia de Francisco Rodrigues procurador (¿) y de otros buenos ombres que todo lo sobredicho que les fue mandado por la visytaçión pasada lo hagan y que hagan de la una torre a la otra el adarve más ancho de los que agora están, en manera que aya pretil e almenas de ambas partes, de manera que puedan yr dos ombres juntos por el dicho adarve de la una torre a la otra. Y çierren la puerta que agora tiene la torre mayor y la cambien por otra que salga al dicho adarve y hagan una escalera que baia del dicho pretil al patio del dicho cortijo y almenen las dichas torres y las encamaren y les cubran de teja y madera y esto que lo hagan en todo este año de setenta y nueve años, so pena de los dichos dies mill maravedíes para la dicha obra y que mandan y mandaron al comendador de Segura en presencia de Alonso de Moya, en virtud de obediencia, que lo haga asy haser e cumplir.
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Mandaron los dichos visitadores al dicho Conçejo que de oy en tres años cumplidos primeros sustiçiaran (¿) el atajo (¿) de dicho lugar de dos tapias en alto con sus almenas y pretil y andamios porque es cosa muy conveniente al bien del dicho lugar, so pena de dies mill maravedíes para la cámara del Maestre, nuestro señor, que se termine la barrera de cal y canto que el dicho Conçejo a hecho hasta el esquina de la casa de los herederos de Andrés García y que al cabo hagan una garita y sy algúnd escribano viniere al dueño de la casa que lo pague el Conçejo a vista de maestros y que lo hagan en este dicho año so la dicha pena.
Mandaron que çiertos solares que están juntos con la yglesia de Santo Mateo que los (…) troquen a sus dueños o el dicho procurador (¿) que dentro de un año los hagan o los vendan a quien los dé hechos e sy no los hisieren que el Conçejo del dicho lugar ponga apreçiadores para ver lo que valen y los den a quien los haga por la mitad menos de lo que juraron que valen y hagan la pared de çimiento del muro de cal y canto los que isieren las dichas casas que confinan con el dicho muro hasta florear (¿) con el suelo de ençima y lo otro de buena capa (¿) de costra de cal o yeso y almenado y lo que está en derredor de la yglesia que lo hagan almenado y que de yr estando entre la yglesia y la çerca, lo qual mandaron que se hagan en todos los otros solares del dicho lugar.
Tiene la dicha encomienda en el dicho lugar un molino de aceite, el qual está la casa de él descobijada y mal reparada, mandaron los dichos visitadores en virtud de obediencia al dicho señor comendador en presencia del dicho Alonso de Moya que lo hagan cubrir de teja e madera e lo reparen de todo lo que fuere necesario de aquí a Sant Juan primero que viene.
Tiene la dicha encomienda en el dicho lugar un horno de pan cocer, el qual está bien reparado.
Fueron a la yglesia del Señor Santo Mateo y hallaron por cura del dicho lugar a Juan Román, freyre del convento de Uclés, el qual está con presentación del prior de Uclés porque a la sazón que fue presentado estaba la silla maestral vacante, es buen clérigo e está con él contento el pueblo. Lleva el dicho cura las primicias de pan e todo el pie de altar, mandaron le que de aquí a San Miguel de setiembre traiga presentación del maestre so pena de privación del beneficio. Hallaron por mayordomo de la dicha iglesia a Bartolomé (…) López, el qual no estaba en el dicho lugar.
COMENTARIO: El 9 de enero de 1479 los visitadores
santiaguistas (el comendador Rui Díaz de León, el comendador Pedro González de
Calvent y el provisor de la Orden Alfonso Fernández de Ribera) llegaron a
Orcera que entonces era el arrabal de la villa de Segura de la Sierra.
Presentaron el mandamiento de poder de su Maestre don Alfonso de Cárdenas, a
los regidores y hombres buenos de Orcera, que lo obedecieron y estaban prestos
a cumplirlo.
La fortaleza se componía de dos torres, una más grande que la
otra, y de un cortijo (cerca o muralla) que limitaba un patio interior o
albacara. Las dos torres tenían caídos los tejados y los suelos destrozados.
Las murallas del cortijo eran muy malas, de tapias de tierra, bajas y gastadas,
sin almenas ni pretil. Los visitadores mandan al Concejo que lo reparen.
Visitaron un molino de aceite que era propiedad de la
Encomienda de Segura y mandaron al Comendador, el Conde de Paredes don Pedro
Manrique, que lo reparara para que los vecinos pudieran hacer sus moliendas.
Luego visitaron el horno de pan, propiedad de la Encomienda
de Segura, que estaba muy bien reparado, donde los vecinos cocían su pan.
Por último la iglesia parroquial de San Mateo donde estaba de
cura Juan Román, freile santiaguista del Convento de Uclés.
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