1480-9-24 -Visita a los Partidos de la
Mancha, Ribera del Tajo, Campo de Montiel y Sierra de Segura. Visitación de Orcera.
(AHN. Guía de las OO.MM. Mss.
Santiago. Sign. 1064 C pág. 237-240).
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Vesitaçión
de Orcera
Y después de esto, en este dicho día veinte y cuatro días del dicho mes de setiembre del dicho año de ochenta (24-9-1480) años, los dichos visitadores fueron y llegaron a Orçera, arrabal de la villa de Segura e hicieron juntar los alcaldes y hombres buenos del dicho lugar y les mostraron los poderes que del Maestre nuestro señor /238/ llevaban, los cuales los obedecieron con debida reverencia y que en cuanto al cumplimiento, que eran prestos de cumplirlos como en ellos se contiene.
Luego los dicho visitadores hicieron pregonar en el dicho lugar que cualquier persona que tuviese queja de otra o recibido agravio alguno del señor comendador de Segura o de los suyos que pareciese ante ellos y los oirían y harían cumplimiento de justicia.
Luego los dichos visitadores fueron a la iglesia de San Mateo, iglesia parroquial del dicho lugar Orçera y hallaron por cura en ella a Juan Román, fraile del convento de Ucles, el cual está por presentación del prior de Uclés, sede vacante. Sacaron el libro de la visitación pasada y hallaron que los otros visitadores mandaron al dicho cura que del día de su visitación que fue a nueve de enero de setenta y nueve años hasta San Miguel del mes de setiembre trajese presentación del Maestre, nuestro señor, so pena de privación del dicho curadgo. Y ahora los dichos visitadores hallaron que no la había traído, por lo cual parecía había perdido el dicho curadgo, pero dijeron que por servir con benigna manera, le mandaron al dicho cura que de hoy hasta San Juan del mes de junio próximo que viene traiga presentación del Maestre, nuestro señor, y si no lo trajere que lo dan por reprendido del dicho curadgo y mandaron al dicho Concejo que desde en adelante no trayendo la dicha presentación que no lo haya por cura, so pena de diez mil maravedíes a cada uno de ellos que lo contrario hiciere para la cámara de su señoría.
Tiene el dicho cura el pie de altar y primicias de pan y queso, la iglesia es pobre que no tiene propio ninguno salvo las limosnas de la buena gente y sepulturas. Tiene el dicho cura unas casas en que mora que son del beneficio, alinde de casas de Alfonso Román. Tiene más un pedazo de majuelo en el Hardalejo, término de Segura.
Tiene otro pedazo de viña y una huerta y una façiarla (¿) que podrá caber media fanega de sembradura que se contienen uno con otro en las huertas, alinde de la de Bartolomé Ferrandez y de Pedro Díaz.
Tiene la dicha iglesia una cruz de plata, quebrose, está dada hacer mayor que lo que era. Tiene un cáliz de plata con su patena que habrá dos marcos y medio poco más o menos.
Tiene un vestimento azul de damasco con su cenefa de hilo de oro y seda. Tiene otro vestimento de zarzahán raido con su recabado.
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Tiene otro vestimento de zarzahán viejo con su recabado, una capa de zarzahán vieja y otro vestimento de lienzo blanco con su recabado para entre semana.
Tiene un misal mixto viejo, un salterio, un breviario romano, un manual para dar los sacramentos, unas cinco historias, un pedazo de dominical mal tratado, acuchillado de los moros.
Tiene el altar mayor un frontal de guadamecí de brocado con una cruz verde en medio; tiene dos sobrepellices, una vieja y otra nueva; hay para los altares ocho pares de manteles.
Luego los dichos visitadores fueron a ver la torre del dicho lugar; tomaron el libro de la visitación pasada y hallaron los dichos visitadores que mandaron al Concejo del dicho lugar, los visitadores pasados, que dos torres, la una mayor que la otra, que están en el dicho lugar y castillo, que estaban abiertas de lo alto del tejado y sin ningunos suelos y asimismo en la barbacana que está sobre la cañada (¿) hacia el lugar que era de muy malas tapias de tierra y bajas y gastadas, por ende, que las cubriesen las dichas torres de teja y madera y les pusiesen sus suelos de madera y yeso y que derrocasen las paredes de la dicha barrera y las hiciesen de sus tapias gruesas y que hiciesen de la una torre a la otra el adarve, más ancho que ahora está en manera que haya pretil y almenas, de manera que puedan ir dos hombres juntos por el dicho adarve de la una torre a la otra y cerrasen la puerta que ahora hay en la dicha torre mayor y le abran otra que salga al dicho adarve y hagan una escalera que descendiese del dicho pretil al patio del dicho cortijo y que almenasen las dichas torres y las encamaren y cubriesen de teja y madera, lo cual o la mayor parte, los dichos visitadores pasados dijeron en la dicha visitación según por ella parecía que otros visitadores cuando habían visitando el año pasado de setenta y ocho (Visita de 1478 que se realizó enero de 1479), habían mandado al dicho Concejo hacer los dichos reparos y que no los hicieron y que habían incurrido en las penas que les habían puesto. Y ahora que los dichos visitadores pasados el año de setenta y nueve mandaron según parece por la dicha su visitación al dicho Concejo de Orçera, que hiciese los dichos edificios so pena de dos mil maravedíes según en la dicha visitación más largamente se contiene. Lo cual los visitadores de ahora no hallaron que se había hecho cosa alguna, mandaron al dicho Concejo que hasta el día de San Juan próximo, del mes de junio, hagan todos los dichos reparos y edificios según de suso se contiene, so la dicha pena de los dichos diez mil maravedíes para la cámara del Maestre nuestro señor.
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Y porque el dicho Concejo estaba pobre no se les llevó (¿) las penas en que habían incurrido por no cumplir lo susodicho.
Luego los dichos visitadores fueron a ver y visitar el horno del dicho lugar, lo hallaron bien reparado. Es de la Encomienda de Segura.
Los dichos visitadores fueron a ver un molino de aceite que es de la Encomienda de Segura sobredicha, está mal reparado. Hallaron que los visitadores pasados lo habían mandado reparar, no estaba reparado, tornaron los dichos visitadores a mandar y mandaron al Comendador de Segura, en virtud de obediencia, que hasta el día de San Juan de junio próximo lo reparen por manera que libremente puedan moler los vecinos del dicho lugar sus aceitunas.
Asimismo porque hallaron en la dicha visitación pasada que los dichos visitadores pasados hubieron mandado al dicho Concejo, desde el dicho día de su visitación hasta tres años próximos, que cerrasen el atajo (¿) del dicho lugar de dos tapias en alto con su pretil y almenas y andamios, porque es cosa muy conveniente y que se continuase la barrera de cal y canto que el dicho Concejo ha hecho hasta el esquina de la casa de los herederos de Marcos (¿) Galán y que al cabo hiciesen una garita y que si algún daño viniese a la casa, que se lo pagase el Concejo a vista de maestros, y porque los visitadores vieron que era cosa muy convenible y razonables, mandaron al dicho Concejo so la dicha pena de los dichos diez mil maravedíes para la cámara de dicho señor maestre, que lo haga y cumpla así el dicho Concejo según de suso va expresado y dentro del dicho tiempo de los dichos tres años según los otros visitadores lo mandaron.
COMENTARIO: El 24 de septiembre de 1480 los visitadores
santiaguistas llegaron a Orcera que entonces era el arrabal de la villa de
Segura de la Sierra. Presentaron el mandamiento de poder de su Maestre don
Alfonso de Cárdenas de acuerdo con su Capítulo General, a los alcaldes y
hombres buenos de Orcera, que lo obedecieron y estaban prestos a cumplirlo.
A continuación hicieron pregonar en el lugar que cualquier
persona que tuviera queja o agravios del Comendador de Segura don Pedro
Manrique, II Conde de Paredes, que por entonces residía en la villa de Siles, o
de sus criados, que se presentasen ante ellos, los oirían y harían justicia.
Luego visitaron la iglesia parroquial de San Mateo donde
estaba de cura Juan Román, freile santiaguista del Convento de Uclés.
La fortaleza se componía de dos torres, una más grande que la
otra, y de un cortijo (cerca o muralla) que limitaba un patio interior o albacara.
Las dos torres tenían caídos los tejados y los suelos destrozados. Las murallas
del cortijo eran muy malas, de tapias de tierra, bajas y gastadas, sin almenas
ni pretil.
Luego visitaron el horno de pan, propiedad de la Encomienda
de Segura, que estaba muy bien reparado, donde los vecinos cocían su pan.
Por último visitaron un molino de aceite que también era
propiedad de la Encomienda de Segura y mandaron al Comendador que lo reparara
para que los vecinos pudieran hacer sus moliendas.
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