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domingo, 24 de noviembre de 2024

1.498.- Visita a Siles de la Orden de Santiago

 


1498-10-06 -Visita a los Partidos de Sierra de Segura y Murcia. Visita a la villa de Siles. (AHN. Guía de las OO.MM. Mss. Santiago. Sign. 1069 C pág. 180-195. Archivo General de la Región de Murcia).

 

 

Visitación de la villa de Syles

/180/

En seis días del mes de octubre de noventa y ocho años (6-10-1498), los dichos Rodrigo Dávalos, comendador de Montealegre y Pedro de Morales, cura de Valdiacete, visitadores susodichos fueron a visitar la villa de Syles, que es de la Encomienda de Segura, en el cual se juntaron Pedro Vázquez de Paradinas, alcaide de la fortaleza de la dicha villa y Diego Ruiz y Sebastián de Herrera, regidores y Diego Fernández, alguacil y Alonso Navarro /181/ mayordomo y otros hombres buenos de la dicha villa, a los cuales les fue notificado y leído el poder de sus altezas y por ellos fue obedecidos con aquel acatamiento y reverencia que debían y en cuanto al cumplimiento dijeron que estaban prestos de lo cumplir en todo y por todo según sus altezas lo mandan; testigos Pedro Fernández y Ruy González y Pedro Fernández del Cerrillo, vecinos de la dicha villa.

Y luego incontinente, este dicho día, los dichos visitadores mandaron a los dichos alcaldes, que diesen la copia de los vecinos que hay en la dicha villa y los que de ellos son cuantiosos, hasta mañana en todo el día, jurada en forma, so pena de la merced de sus altezas, testigos los dichos.

Y después de esto, este dicho día, fueron dados los pregones en la dicha villa que en las otras villas se suelen dar y habían dado especificadamente.

Y asimismo fue pregonado si había algunas personas que tengan heredades que hagan censo a la Orden que vengan mostrando el título que de ellas tienen dentro de tercero día y que no lo mostrando pasado el dicho término, las adjudicarían a la dicha Orden, testigos Pedro Fernández y Fernando de Cuenca, vecinos de la dicha villa.

 



En siete días del dicho mes de octubre del dicho año parecieron los regidores y alcaldes ante los dichos visitadores y dijeron que por cuanto por ellos les fue mandado traer la copia de los caballeros cuantiosos y de los vecinos que hay en la dicha villa, la cual dijeron que presentaban y presentaron ante ellos una copia de la vecindad que había en la dicha villa que son ciento y noventa y cinco vecinos de los cuales son cuantiosos los siguientes:

Juan Fernández Calero (¿) cuantioso 1 lanza

Cristóbal Ruiz cuantioso 1 lanza

Martín Ruiz cuantioso 1 lanza

Juan Navarro cuantioso 1 lanza

Pedro Fernández cuantioso 1 lanza

/182/

Diego Fernández cuantioso 1 lanza

Pedro Vázquez cuantioso 1 lanza

Alonso Fernández de Balboa cuantioso 1 lanza

García Fernández zapatero cuantioso 1 lanza

Pedro Fernández del Cerrillo cuantioso 1 lanza

Fernando de Cuenca, cuantioso 1 lanza

Ginés García cuantioso 1 lanza

Pedro Vázquez el mozo cuantioso 1 lanza

Diego López cuantioso 1 lanza

Pedro García de la Huerta cuantioso 1 lanza

Antón Navarro cuantioso 1 lanza

Juan Morcillo cuantioso 1 lanza

Ruy González cuantioso 1 lanza

Hernán Tizón (¿) cuantioso 1 lanza

 

La cual dicha copia de suso escrita los dichos regidores y alcaldes juraron que no había más vecinos, ni cuantiosos de los susodichos en la dicha villa y que los más de ellos tenían los caballos que son obligados, porque el alcaide en nombre del comendador de Segura les toma los alardes dos veces cada año. Mandaron los dichos visitadores a los dichos alcaldes que les notifiquen a los que no tienen los dichos caballos que los tengan hasta el día de Navidad porque estén apercibidos para cuando por sus altezas fueren llamados, so pena de la merced de sus altezas; testigos el bachiller Rodrigo del Castillo y Juan de Madrid, criados del comendador Rodrigo de Ávalos.

 

Y luego hicieron inventario de los bienes y cosas de la dicha iglesia y la visitaron.

/183/

Visitación de la iglesia.

Luego los dichos visitadores visitaron la iglesia de la dicha villa, la cual es de la vocación de Nuestra Señora la Virgen María, y es de dos naves sobre pilares de ladrillo y yeso; cubierta de madera pintada, armada a nudillos; y en el altar mayor está una imagen de Nuestra Señora de bulto y el dicho altar bien ataviado; y junto con el dicho altar está un sagrario de yeso, bien obrado, con sus buenas puertas y cerradura; y al cabo de la dicha iglesia está una buena tribuna en la cual están unos órganos, quebrados algunos cañones; y junto consta otra tribuna pequeña.

En la dicha iglesia hay otros dos altares; en el uno la imagen de San Gregorio y en el otro la imagen de Santiago y de San Pedro; ambos con sus frontales y manteles limpios.

Y luego el dicho cura de Valdiacete se vistió una sobrepelliz y encima una estola y con la reverencia que debía visitó el Santo Sacramento del Corpus Cristi, el cual halló en el dicho sagrario bien ataviado de palias de dentro y un cofre blanco de madera de pino; y en el dicho cofre otro cofrecito pequeño pintado y dentro de él una hijuela y allí estaba el Corpus Cristi honestamente; y el dicho cura preguntó a Antón Sánchez Merino, cura de la dicha iglesia, cuanto hacía que lo había renovado, dijo que hasta seis días; en el dicho sagrario estaban el olio de la crisma y el olio ynfermorun en tres ampollas de estaño a buena guarda.

Y luego visitaron la pila de bautismo, la cual hallaron limpia y buena.

Hallaron en la dicha iglesia de la dicha villa por cura de ella a Antón Sánchez Merino, freile de la dicha Orden, el cual está proveído por el diocesano y hace mención en la provisión de la presentación de sus altezas; al cual hallaron buen eclesiástico y administra bien los oficio de la dicha iglesia y honesto en su vivir.

 



Inventario de los bienes y cosas de la iglesia

/184/

Plata

Una cruz de plata con un crucifijo, que puede pesar hasta doce marcos.

Una custodia de plata que está comenzada a hacer, de hasta tres marcos.

Un cáliz de plata con su patena que pesa hasta dos marcos.

Otro cáliz de plata que tiene dorado el vaso, que pesa dos marcos.

Unas ampollas de plata blanca, de hasta seis onzas.

 

Ornamentos

Una casulla de damasco leonada con una cenefa de brocado verde, con su estola y manípulo de lo mismo y su alba y amito.

Otra casulla de damasco carmesí, con su cenefa, con un manípulo de zarzahán y un amito y alba.

Otra casulla de zarzahán buena con todo su aparejo.

Otro vestimento de zarzahán viejo con todo su recabado.

Otro vestimento de lienzo pardillo viejo con todo su recabado.

Otro vestimento de lienzo blanco, con una cruz verde con todo su recabado.

Una capa de damasco blanco, con su cenefa y capilla buena.

Otra capa de zarzahán raída.

Otra capa de lienzo cárdeno con una cenefa.

Una casulla de lienzo blanco por bendecir.

Una casulla de lienzo cárdeno enforrada en lienzo amarillo.

Otra capa de lienzo bruñido, azul, con una cenefa.

Catorce albas con las que tienen las casullas de susodichas.

Nueve facinlejas (¿), las ocho labradas y la una blanca.

Cinco arrideles de seda, el uno verde, el otro pardillo, el otro blanco con cintas coloradas y dos amarillos.

Un roquete de lienzo labrado con un filete de oro.

Cinco traveseros labrados viejos y nuevos.

/185/

Una alcambra (¿) de lienzo con cintas coloradas. Una sábana vieja con listas azules. Dos camisas de Nuestra Señora. Dos frontales, uno de la Pasión y otro pintado.

Cuatro pares de manteles buenos y otros dos viejos.

Un par de mangas de seda azules de damasco y una puesta de seda.

Un peinado de San Sebastián. Un sayo pequeño de lienzo.

Cinco brazas y media de cintas de estambre. Cuatro toaras (¿) viejas (….).

Un tocado de lienzo de París y otro de seda raso y otros tres de seda.

Un brial de paño negro con verdugos de damasco pardillo.

Un tabardico de paño fino. Un velun templi. Una cortina de seda.

Otra cortina de lienzo blanca con orillas coloradas. Un alfamar viejo.

Una manga de seda vieja para la cruz.

Una garnacha con listas azules. Un poyal de retablo.

Un arcas grande sin cerradura. Otras dos arcas.

Dos alfombras a medio raídas. Un velo de lienzo negro.

Un manto de paño bueno. Un tocado de seda raso.

Una cortina blanca con unas listas coloradas y cárdenas.

Un brial colorado con sus mangas guarnecido de terciopelo.

Una estola blanca por bendecir y dos amitos nuevos por bendecir.

Una sobrepelliz. Un frontal de guadamecí.

Una manga para la cruz morada. Un lienzo colorado viejo.

Una camisa con cintas negras con un cabezón colorado.

Dos tinajas para el aceite. Nueve palias. Unas tobajas moriscas.

Un ceñidor colorado.

 



Libros

Un teigitur bueno. Un misal de pergamino toletario (¿) mediano.

/186/

Un evangelisterio de pergamino viejo. Un oficiario de quinta regla. Un dominical de lectura y canturía bueno. Otro dominical reparable (¿). Unas cinquistorias con principio de santoral. Una regla ordinaria para rogar las horas. Un oficiario viejo de una regla.

Un epistolario mediano bueno. Un santoral viejo de lectura y canturía. Un libro pequeño de misas votivas, viejo. Unas cinquistorias viejas.

Un cuaderno de las tinieblas. Un cuaderno de Corpus Cristi.

Un cuaderno de las procesiones.

 

Campanas y otras cosas

Dos campanas en el campanario, la una grande y la otra pequeña.

Otra campana grande. Una rueda de campanillas.

Una campanilla de mano. Un acetre. Una lámpara con su bacín.

Unos hierros buenos de hacer hostias. Unas ampollas de estaño.

Una cruz de latón quebrada.

 

En ocho días del dicho mes de octubre del dicho año, tomaron la cuenta a Fernando Sánchez de Velasco, mayordomo de la dicha iglesia en la forma siguiente:

 

Montaron los maravedíes que tenía recibidos el dicho mayordomo, hasta este dicho día, con los tres mil y ochocientos y cuarenta y un maravedíes y con los mil y ciento y tres maravedíes y medio que recibió según pareció por su cuenta, cuatro mil y novecientos y cuarenta y cuatro maravedíes y medio. IIII U DCCCC XLIIII mº (4.944,50).

Pareció que tenía gastado según lo dio por menudo en su libro, mil y setecientos y cuarenta y seis maravedíes. I U DCCXLVI (1.746.-).

Así que se le alcanzó al dicho Fernando Sánchez por tres mil y ciento y noventa y ocho maravedíes y medio y más catorce arrobas de aceite. III U CXCVIII mº (3.198,50), XIIII (14) arrobas de aceite.

/187/

Se le cargan más, los tres mil y ciento y treinta y dos maravedíes que ha de cobrar del Vicario de Segura, para lo cual le quedó mandamiento para los alcaldes de Segura, para lo ejecuten en el dicho Vicario.

 

Posesiones del beneficio

El dicho beneficio tiene de rentas los dos tercios del pie de altar y el otro tercio lleva el sacristán. Tiene más las primicias para el queso de la dicha villa.

Tiene unas casas que mandó Juana Ruiz, la beata, al cura de la dicha iglesia con condición que diga los domingos en las misas un responso en su sepultura y ruegue a Dios por ella. Las cuales dichas casas son dentro en la villa a las espaldas de palacio linde de Diego Ruiz.

En la dicha iglesia hay una capellanía que no hay memoria de quien la dotó, la cual parecía que antiguamente era en costumbre de llevar el cura de la dicha iglesia con cargo que le mandaron los visitadores pasados que dijese cada semana una misa con una vigilia y conmemoración por las animas de quien instituyó la capellanía susodicha y que en todas las semanas de la Cuaresma diga dos misas por los dichos instituyentes y coja un sacerdote que le ayude a decir los divinos oficios.

La dicha capellanía tiene unas casas linde de Juan de Henares, y un bancal de huerto que dicen la Huerta del Abad, linde de Juan García de la Seda. Otro bancal de regadío linde de herederos de Juan Sebastián. Otro bancal linde de herederos de Andrés Fernández que es en el Portillejo. Diez y seis pies de olivas en diversas partes. Un huerto en la Noguera, linde con herederos de Martín del Aguadera.

Ítem en la dicha iglesia hay otra capellanía que instituyó Elvira Sánchez, mujer del alcaide Pedro de Soto, la cual posee Juan Gómez, cura de Benatahe, tiene la dicha capellanía las posesiones siguientes:

Unas casas en la calle Somera linde de Ajenjo.

/188/

Una viña en el llano de Martín Corral de treinta peonadas, linde de García de Pedregal y Juan Rodríguez de Mendoza.

Otra viña en la cabezada del llano de Martín Corral, linde de Pedro García de la Huerta.

Otra viña en el dicho llano que se dice de Pedro Cano, linde con el monte y con Martín López.

Otra viña en la oliva hatera. Las olivas que compró la dicha difunta de Fernando García de la Matilla.

Un hero en el Felcar (¿) y otro en Peña Fleyta, linde de Juan López.

Otro hero en la dehesa de (….) con una oliva que está en el Villarejo.

Otro hero en la Salobreja, linde de Pedro Fernández, alcalde.

Otro hero en la Fuente del Rey, linde de Pedro Vázquez.

Otro hero en la Fuente de la Puerca. Una cama con dos colchones llenos de lana. Dos pares de sábanas de cáñamo nuevas. Una cabecera blanca nueva. Dos almohadas de lienzo. Una colcha nueva. Un alfamar (¿) nuevo. Doscientas y diez y siete arrobas de tinajas buenos. Seis cubas de hasta cuatro arrobas. Otras jarcias y atavíos de casa. Un arcas y una caldera.

Otro huerto linde de Fernando de Mendoza y de Martín Bermejo.

Otro huerto en el Carrascal, linde de Martín García y de Fernando de García Martínez.

 Otro huerto en el dicho Carrascal, que hace media fanega de cañamón, linde de Alonso Fernández de Balboa y de Martín Sánchez.

Otro huerto en la Cañada linde de la de Juan de Arenas.

Cuatro morales, los dos en el Frecar (¿) otro en Peña Fleyta, otro en vaido (¿) de las Cañadas, todo esto vale de renta en cada un año cinco mil maravedíes y más la casa.

 



Hay una ermita en término de la dicha villa que es de San Cristóbal, no tiene renta ninguna.

 

Visitaron una ermita que es de la vocación de San Sebastián que está la casa /189/ muy bien reparada, la cual tiene los ornamentos y cosas siguientes:

Un vestimento de zarzahán con todo su recabado.

Un poyal de montería. Un frontal de lienzo colorado. Una sábana blanca con orillas coloradas y cárdenas. Otra sábana con orillas cárdenas. Dos pares de manteles buenos. Dos pares de hazalejas labradas las unas. Otros dos pares de hazalejas labradas pequeñas. Un paño de seda delgado con orillas anchas. Cinco colmenas. Una haça de allende del Guadalimar y la boca (¿) de la Cañada que hace ocho fanegas; y un bancal junto con la casa, alinde de las de Martín Gómez. Un sitio de colmenas con otra poca de tierra junto con él.

 

Plata

Un cáliz de plata de diez onzas que el Concejo tomó para hacer una custodia y lo ha de pagar el dicho Concejo a la dicha ermita.

 

Hallaron por mayordomo en la dicha ermita a Rodrigo Martínez mayordomo de la dicha villa, al cual tomaron cuenta de los maravedíes que recibió así de miel, como de cera, como del alcance que se le hizo por la cuenta pasada.

Montó el cargo que se le hace al dicho mayordomo de los maravedíes que así recibió, seis mil y setecientos y siete maravedíes. VI U DCCVII (6.707.-).

Montó los maravedíes que tiene gastados el dicho mayordomo según lo dio por menudo en su cuenta, mil y treinta y ocho maravedíes. I U XXXVIII. (1.038.-).

Descontados de los maravedíes del dicho cargo fue alcanzado el dicho mayordomo por cinco mil y seiscientos y sesenta y nueve maravedíes y una fanega y media de trigo y una fanega de cebada que asimismo recibió. V U DCLX IX (5.669.-)  I fanega VI celemines de trigo; I fanega de cebada.

 

Se hace cargo al dicho mayordomo, del cáliz que debía el dicho Concejo, por cuanto los dichos visitadores se lo hacían pagar y ejecutaban por él en el dicho Concejo y el dicho mayordomo se dio por contento del dicho cáliz y tomó seguridad de prendas por él.

/190/

La cual dicha acta juró el dicho mayordomo y por los dichos visitadores fue condenado en los dichos maravedíes y para que los dé y pague a la dicha ermita dentro de nueve días primeros siguientes; y si en él quedare la dicha mayordomía se le haga cargo de todo ello.

A la cual dicha cuenta estuvieron presentes los alcaldes y regidores y otros hombres buenos de la dicha villa y la aprobaron por buena.

 

La ermita de San Blas

Y luego los dichos visitadores visitaron la ermita de San Blas, la cual está razonablemente reparada y de las cosas de la dicha ermita se hizo inventario en la forma siguiente:

Tiene cuarenta y seis cabezas de ganado cabrío machos y hembras.

Tiene unos manteles de cáñamo buenos.

Tiene una huerta con árboles junto a la ermita.

 

Se tomó la cuenta al mayordomo de los maravedíes que ha recibido y gastado por la dicha ermita en la forma siguiente:

Montan los maravedíes que recibió de la dicha ermita según lo dio por menudo en su libro con los cuatro mil y quinientos maravedíes que debe a la dicha ermita el Concejo de la dicha villa, seis mil y cuatrocientos y ochenta y seis maravedíes. VI U CCCCLXXXVI (6.486.-).

Que gastó por menudo en ciertas cosas, ciento y sesenta y ocho maravedíes para la dicha ermita. CLXVIII (168.-).

Descontados del dicho cargo queda alcanzado el dicho mayordomo que se llama Pedro Sánchez por seis mil y trescientos y diez y ocho maravedíes. VI U CCCXVIII (6.318.-).

La cual dicha cuenta juró el dicho Pedro Sánchez, mayordomo, en forma debida y en presencia de los alcaldes y regidores de la dicha villa, los cuales la dieron por buena; y los dichos visitadores condenaron al dicho Pedro Sánchez, mayordomo, que dé y pague los dichos maravedíes a la dicha ermita o a quien por ella /191/ lo hubiere de haber, dentro de nueve días primeros siguientes y si al dicho Pedro Martínez (Sánchez) el dicho Concejo le dejare en la dicha mayordomía, se haga cargo de los dichos maravedíes.

 



Fortaleza

En nueve días del dicho mes de octubre del dicho año, los dichos visitadores fueron a visitar la fortaleza de la dicha villa, en la cual hallaron a Pedro Vázquez de Paradinas por alcaide por don Pedro Puertocarrero, el cual entregó las llaves a los dichos visitadores y ellos las tomaron y cerraron las puertas y se apoderaron dentro y entraron y comenzaron de visitar la dicha fortaleza en la manera siguiente: entraron en una puerta de una barrera de la delantera de la torre y a la mano derecha está un aposentamiento bajo, el cual tiene delante un portal grande sobre pilares de ladrillo; y debajo este portal, está una casa para establo con tres apartamientos pequeños y al cabo de ellas un corral pequeño y junto con este está un pajar pequeño; y al cabo de este portal está una despensa con sus buenas puertas y junto con ella entra una puerta a un patio pequeño que tiene otro portal y a colgadizo; y a la mano izquierda una cocina con una chimenea.

De esta cocina entra otra puerta por una calleja y entrando a la mano derecha está un palacio pequeño y luego una casa de servicio. Y luego sube una escalera a una saleta alta, tiene una ventana que sale a la calle y a cada costado tiene una cámara con sus puertas todo bien reparado.

Y luego vieron en el dicho patio otra cocina pequeña con una chimenea. Junto con ella sube una escalera a la mano izquierda y está una sala grande con una chimenea y una ventana que sale sobre el portal; y de esta sala entran a una cámara con un retraimiento y luego más adelante está una cuadra buena bien reparada y enmaderada.

/192/

De esta sala entran a un retraimiento y sale otra puerta a unos corredores pequeños con sus barandas de madera que llega al adarve de la villa; y de la dicha sala sube una escalera a un corredor que sube sobre el adarve hasta la sierra (¿) y a las espaldas de este aposentamiento está un patio con un buen pozo con agua con su cubo y carrillo.

Y subiendo a la fortaleza desde el patio primero y a la entrada está una barrera pequeña de hasta ocho tapias en largo la cual es de piedra y yeso; y de esta barrera sube una puente levadiza a una puerta que sube a la fortaleza, la cual tiene unas puertas encoradas y entrando a la mano derecha está una bóveda grande, la cual tiene una mazmorra; y de esta bóveda salen a la mano izquierda y está una despensa y adelante una cámara con un pozo de agua manantial y todo esto está en el cuerpo de la fortaleza. Y de aquí suben por una escalera de madera y llegan a una salita que tiene una ventana de reja que sale al campo; y de esta sala entra una puerta a una bóveda que solía ser capilla donde decían misa. Y al otro cabo está una cámara de bóveda y luego subiendo más arriba por la dicha escalera más arriba a otro descanso del cual entran a una sala pequeña y a un retraimiento y a una garita de tabique de yeso y sale sobre la puerta de la fortaleza.

Y luego subiendo por la dicha escalera sobre la mano derecha está otra sala muy buena con otra chimenea; y sobre la otra mano izquierda sale una escalera a una bóveda grande con ciertas rejas para bastimento. Y de aquí suben por la dicha escalera a una cámara más alta con un horno para cocer pan y una chimenea para gente (¿).

 

Y luego subiendo por la dicha escalera a lo más alto está una garita hecha como cobertizo muy mal reparada y sobre ella está un camaracho desbaratado.

/193/

Y luego más adelante está una cámara que dicen de las armas; y delante de ella está una sala toda cubierta de madera de pino con sus puertas y ventanas y está mal reparada; y alrededor de esta sala y cámara están tres corredores mal tratados y los tejados y tabiques quebrados; toda esta fortaleza está abrazada con dos torres gruesas y lo alto de estas torres está petrilado y almenado y encima sus tejados y cobertizos.

Y luego los dichos visitadores se volvieron a la puerta de la dicha fortaleza y recibió dicho Rodrigo Dávalos pleito homenaje del dicho Pedro Vázquez, según y de la forma que por las otras fortalezas se habían hecho los otros alcaides. Y luego le pidieron los dichos visitadores al dicho Pedro Vázquez la entrega de la dicha fortaleza y de las mejoras que el dicho comendador en ella ha hecho, el cual dijo que no recibió cosa ninguna y que ha mejorado una huerta que compró a las espaldas de la dicha fortaleza, la cual vieron y visitaron, la cual tiene muchos árboles y parras y otros frutales y está bien reparada y bien tratada.

 

Y así visitada la dicha fortaleza hallaron los dichos visitadores que por la visitación pasada fue mandado reparar y hacer en la dicha fortaleza ciertos reparos de los cuales hallaron por hacer los siguientes:

Primeramente faltaban a las puertas de la dicha fortaleza y aposentamientos de ellas catorce cerraduras y dos pares de puertas medianas.

Ítem en la torre mayor está mal tratado el un tercio del suelo del tejado de ella y han de menester reparar así de madera como de teja en la parte de hacia la villa. Y asimismo los camarachones y pasamanos de las escaleras. Y asimismo en los corredores y en otras ciertas cosas y para mandarlo ejecutar, mandaron llamar a Alonso Gómez /194/ cantero albañil y recibieron de él juramento en forma debida de derecho públicamente; al cual mandaron que so cargo del dicho juramento que aprecien y tasen todas las cosas susodichas cuanto será menester para hacerlo y reparar y en qué tiempo se podría hacer.

El cual dicho Alonso Gómez dijo y declaró que para hacer las dichas obras y reparos según dicho es, que es menester nueve mil y doscientos maravedíes.

 

Y después de esto los dichos visitadores visitaron los dos hornos de poya que hay en la dicha villa que son de la dicha Encomienda, los cuales han menester algunos reparos. Y por la visitación pasada los visitadores pasados mandaron al Comendador que los hiciesen reparar dentro de cierto tiempo que para ello le asignaron. Lo cual hallaron no estar hecho y para ejecutarlo mandaron apreciarlo al dicho Alonso Gómez, cantero, sobre juramento que públicamente de él se recibió, el cual los vidos los dichos hornos y apreció lo que podía costar el reparo de ellos, el cual declaró que so cargo del juramento que tenía hecho, que eran menester para el reparo de los dichos hornos, dos mil y novecientos maravedíes. Y declaró que los reparos que se han menester hacer en los dichos hornos son los siguientes:

En el horno de arriba, adobar la capilla de nuevo y hacer los poyos y cubrir los aleros. En el horno del Cerrillo cubrir el tejado y adobar la capilla y enlosar algo del horno y alzar los poyos; para lo cual dijo que era menester hacerse en los dichos hornos y los reparos de la dicha fortaleza, hasta el día de San Juan de junio del año venidero de noventa y nueve años.

 

Y luego los dichos visitadores, en nueve días del dicho mes de octubre, depositaron en poder de Pedro Fernández, vecino de la dicha villa, doce mil cien maravedíes, los dos mil y novecientos maravedís para el reparo de los dichos hornos y los nueve mil y doscientos maravedíes para el reparo de la dicha fortaleza según de suso es dicho, el cual dicho Pedro Fernández recibió en sí el dicho depósito y se /195/ otorgó por contento de los dichos maravedíes y se obligó de hacer los dichos reparos hasta el dicho día de San Juan de junio del año venidero de noventa y nueve años y de los maravedíes que gastare de dar cuenta a quien por sus altezas se la demandare, para lo cual obligó su persona y bienes y renunció las leyes del derecho y otorgó carta firme y recibo; testigos que estuvieron presentes Juan de Avilés y Juan Manrique, vecinos de Villa Rodrigo y Alonso Fernández de Balboa, vecino de Siles.

 



COMENTARIOS: En el año 1.498, Siles era una villa de señorío de la Orden de Santiago. Como tal señorío pertenecía a la Encomienda de Segura, cuyo comendador era don Pedro Pertocarrero, provincia santiaguista de Castilla y Priorato de Uclés. En lo eclesiástico pertenecía al arzobispado de Cartagena y Vicaría de Segura de la Sierra y en lo civil al Reino de Murcia, distrito de Segura de la Sierra. Administrativamente la Encomienda dependía directamente del Maestre, que en este año eran Sus Altezas los Reyes Católicos con total independencia de la capital murciana.

 Su iglesia es de la vocación de Nuestra Señora la Virgen María, y es de dos naves sobre pilares de ladrillo y yeso; cubierta de madera pintada, armada a nudillos; y en el altar mayor está una imagen de Nuestra Señora de bulto. Tenía un campanario con tres campanas, dos grandes y otra pequeña. El cura era Antón Sánchez Merino, freile de la Orden de Santiago y su mayordomo Fernando Sánchez de Velasco. La iglesia tiene dos capellanías, una de ellas es la que instituyó Elvira Sánchez, mujer del alcaide Pedro de Soto, la cual posee Juan Gómez, cura de Benatahe.

 Se visitaron las ermitas de San Cristóbal, San Sebastián y San Blas. En la visita de 1525 se acababa de construir la ermita de San Roque, que estaba a las afueras de la villa, a la que solo le faltaba hacerlo los suelos.

 Los visitadores fueron a visitar la fortaleza de la dicha villa, en la cual hallaron a Pedro Vázquez de Paradinas por alcaide, puesto por el comendador de Segura, don Pedro Puertocarrero. Se describe con detalle cómo era la fortaleza y los reparos que necesitaba.

 La Encomienda de Santiago tenía en la villa dos hornos de pan, que necesitaban algunos reparos.

 Tenía 195 vecinos o familias (alrededor de 1.000 habitantes) de los cuales 19 eran caballeros de cuantía, obligados a tener caballo y armas, dispuestos para la guerra. Eran cuantiosos aquellos vecinos que tenían propiedades por valor superior a una determinada cantidad o cuantía.

 


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