1498-09-28 -Visita a los Partidos de Sierra
de Segura y Murcia. Visita a Santa María de la Peña. (AHN. Guía de las OO.MM. Mss. Santiago. Sign.
1069 C pág. 152-160. Archivo General de la Región de Murcia).
Visitación de Santa María de la Peña
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En veinte y ocho días de setiembre de noventa y ocho años (28-09-1498), fueron los dichos visitadores a Santa María de la Peña, cerca de Orçera, en la Vicaría de Segura, la cual es una casa grande de bóveda sobre cuatro arcos buenos; tiene un altar mayor sobre cinco gradas; en el dicho altar mayor está una imagen de Nuestra Señora, hecha de alabastro ataviada (está en la iglesia de Segura); y el dicho altar bien ataviado de su frontal y palias y portapaces y delante del dicho altar mayor está una red de madera pintada con sus puertas.
Junto a la dicha red está una lámpara de latón muy buena grande y otras dos pequeñas; y como entran por la iglesia frontero de la dicha puerta a la mano izquierda está un altar en un arco en la pared con una imagen de Nuestra Señora; y al cabo de la iglesia está una puerta de una tolva y un sótano donde tienen vino y aceite.
Encima de la bóveda de la dicha ermita está un tejado con su andamio /153/ y pretil y tiene toda a la redonda sobre sus pilares, el cual tejado está bien reparado; y debajo de él están tres cámaras para cuando había necesidad en tiempo de moros.
Alrededor de la dicha ermita está un corral grande en el cual está una casa para bodega cumplida (perfecta) y hecha soberado (parte de la casa inmediata al tejado) en el cual están tres cubas armadas y otra cuba desbaratada. Y en el sótano de la iglesia están nueve tinajas de tener vino y cinco de tener aceite; y al cabo de la dicha bodega está un soterraño para vino limpio y sobre esta bodega está una sala de la longura de ella, bien reparada.
Junto con la dicha bodega está una puerta a una casa donde mora el santero y delante de ella está un patio grande; y a la mano izquierda una casa pequeña y otra casa mayor con una cocina y otra casa junto con ella, las cuales están bien reparadas.
Como entran en el patio, a la mano derecha está un portal con un jaraíz con un pilón; y al otro cabo un atajo en el dicho portal es doblado y desde él somava (¿) la sala que está sobre la bodega.
Frontero de la entrada al patio, está un portal bueno, del cual entran a una huerta que está a las espaldas de esta casa y en entrando en ella está una alberca y de agua buena; la cual dicha huerta es grande y tiene muchos árboles y un naranjo y un laurel y están bien labrados y bien regados.
En la dicha ermita y huerta hallaron por mayordomo y ermitaño a García Ferrández, tejedor, que vive en la dicha casa con su mujer e hijos; y hallaron que la dicha ermita tiene de más de lo susodicho los bienes siguientes:
Plata
Una cruz de plata con un crucifijo dorado. Dos cálices con sus patenas. Otro cáliz que está en la iglesia de Segura. Un par de ampollas /154/ de plata. Una cruz de piedras jaspeales (¿) y una ara encajada.
Ornamentos
Un vestimento de raso blanco y leonado con una cenefa verde.
Otro vestimento de damasco pardillo con una cenefa de brocado pardillo. Un paño de terciopelo morado que es de sobre la sepultura de Doña Mecía (madre de Jorge Manrique). Dos tobajas moriscas para el altar. Una almalafa de seda blanca con unas orillas verdes y moradas. Un almaizar de seda encarnado con orillas amarillas y moradas. Otro paño de seda con unas orillas leonadas y moradas. Dos pares de corporales y una hijuela de lienzo de lino. Un amito con un cabezón de zarzahán. Unas falderas blancas con unas cintas prietas. Un corxete de Bretaña con unos escaques de hilo de oro y seda negra.
Otro corxete de Bretaña con cruces de hilo de oro. Unas mangas de Bretaña con unas cintas verdes. Unos manteles reales. Un tabardico colorado ribeteado con seda. Un almaizar verde viejo. Un ceñidor de seda colorado. Una cinta ancha colorada. Dos varas de cinta colorada. Un frontal que tiene a San Cosme y a San Damián. Un almaizar con un lino amarillo y colorado. Dos frontales que tienen una cruz verde cada uno. Un paño de lienzo en que están Santa Ana y Santa Lucía. Un pendón de lienzo con una cruz colorada. Dos candeleros de latón pequeños. Unos manteles de cáñamo con unas borlas. Otros manteles de lino deshilados a las orillas. Una saya colorada pequeña con unas barras blancas. Otro almaizar pequeño, Unas falderas leonadas con un ruedo blanco. Una zamarra y otra saya morada.
Libros
Cuatro libros sermonarios. Otro misto viejo.
Inventario de las menudencias y cosas que la dicha ermita tiene.
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Una cruz de palo verde con una manga de un tocado con listas.
Un candelero de latón pequeño. Un incensario de latón. Una campanilla pequeña. Un pedazo de sábana morisca. Un frontal de seda de cortina. Unos manteles viejos. Una argolla chica. Cuatro portapaces de palo. Una pierna de sábana. Un frutero de lienzo. Unos ciriales de madera. Una vara para la cruz. Dos cofrecitos viejos chapados. Una cinta negra. Un tejillo de seda con una bolsa de seda negra. Una puerta de oro labrado. Una gorguera. Una camisa blanca de lienzo. Una saya. Un tocado de seda. Una capa de seda. Una alba nueva. Un paramento de lienzo donde está la salutación. Tres lámparas, una grande, dos pequeñas. Una campana grande. Un acetre bueno. Ciertas menudencias de hierros viejos que quedaron asuntados por menor en el inventario de la dicha ermita. Un caldero bueno de los de Murcia. Tres ballestas de palo quebradas. Una alfombra vieja. Un arca mediana sin llave. Unos bancos de mesa. Tres bancos de asentar. Diez y siete tinajas, de estas no tiene sino las trece. Cinco tinajuelas para aceite. Tres cubas armadas y una deformada. Un gato de apretar cubas. Una azuela. Una caldera del molino del aceite. Una caldera mediana. Una almádana. Una arca de madera. Una acianda (¿). Seis manillas de estaño. Un “annus dey” de plata que tiene la imagen. Una saya de blanco para el altar mayor. Tres sartales. Un tocado de seda raso. Dos crespinas de seda. Otras menudencias de tocadillos y gorgueras y sartalitos (¿). Un corxete de Bretaña labiado. Otros dos tocados de parís. Otra crespina de hilo . Una almohada de cáñamo. Una garnacha con cintas negras. Dos frontales de lienzo pintados. Un manto de cintas guarnecido de terciopelo. Una sábana de lino de tres piernas. Un corxete labrado con oro. Un frutero labrado. Una camisa labrada con seda azul. Unas aretas (¿) de /156/ ámbar de ciento y seis cuentas. Otras tres crespinas. Un partidor con una trenza de oro. Otra crespina. Una sartilla de la imagen con granos de aljófar y de plata y corales. Diez tocas de seda viejas. Unos tocados y gorgueras y sartares (¿) y menudencias que están en el inventario por menudo con ciertos clavos de chilla.
Posesiones de la ermita
Una viña detrás de la ermita linde del camino de Benatahe, hace veinte peonadas. Otra viña bajo de la dicha ermita de ocho peonadas linde con Alonso Gómez carnicero y con el camino de Orçera. Otra viña linde de esta de cuatro peonadas linde con Fernando Martínez y con Bartolomé Ramón. Una huerta con dos nogueras linde con herederos de Sancho López. Otra viña de hasta trescientas vides linde con herederos de Sancho López. Otra viña en el río de Orçera linde con herederos de Pedro Gallego. Tiene otra viña de cuatrocientas vides. Tiene otra de cien pies de olivas chicas y grandes debajo de la ermita. Otra suerte de viña linde de García López al camino de Benatahe. Tres colmenas. Dos bancales de tierras en el olivar de la Puerta. Treinta y cinco olivas pequeñas en el dicho olivar. Una tierra que poseía Alonso Ferrández de Alcardete, la cual adjudicaron los dichos visitadores a la ermita por ser suya que es en la huerta Vellida.
Se tomó la cuenta al dicho García Ferrández, mayordomo de la dicha ermita de los maravedíes que tiene recibidos y gastados de la dicha ermita después que se le dio el cargo de la mayordomía en que montó el recibo según lo mostró por su cuenta ocho mil y setecientos y ochenta y dos maravedíes, los cuales dio por menudo en su libro en qué los había recibido. VIII U DCCLXXXII (8.782.-).
Montó lo que había gastado según que por su cuenta pareció, siete mil y quinientos y setenta maravedíes. VII U DLXX (7.570.-).
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Así que descontados de los maravedíes del dicho recibo, fina que debe el dicho mayordomo a la dicha ermita, mil y doscientos y doce maravedíes. I U CCXII (1.212.-).
En los cuales los dichos visitadores condenaron al dicho García Ferrández que los dé y pague a la dicha ermita o a quien por ella hubiere de haber hasta nueve días primeros siguientes, a la cual dicha cuenta estuvieron presentes alcaldes y regidores y mayordomo y procurador de la villa de Segura y tuvieron por buena la dicha cuenta, la cual juró el dicho García Ferrández en forma debida de derecho en su presencia.
Se hizo asimismo la cuenta del ganado que tiene la dicha ermita con el dicho García Ferrández, que la tiene a cargo; se halló que tiene la dicha ermita, quito ocho cabezas que se murieron de las ciento y setenta y cuatro cabezas que recibió, y más veinte y siete que se acrecentaron de la cría del año pasado de noventa y siete años, ciento y noventa y tres cabezas mayores, las cuales quedaron en su poder del dicho García Ferrández.
Se halló por la visitación pasada, que los visitadores pasados, mandaron hacer en la dicha ermita algunos reparos; de los cuales hallaron que la dicha ermita estaba enlucida de yeso y pintada muy bien y por hacer lo demás, que no había dineros por el presente, de la dicha ermita para hacerlo; mandaron a los dichos alcaldes de Segura que como vaya teniendo dineros la dicha ermita que hagan lo que pudieren poco a poco cada año.
Y después de lo susodicho, en el dicho lugar Orçera, primero día del mes de octubre del dicho año, los visitadores dieron su mandamiento para el vicario y alcaldes y regidores de la villa de Segura, para que pongan santero y mayordomo en la dicha ermita de Santa María de la Peña, su tenor de él es este que se sigue:
Nos Rodrigo Dávalos, comendador de Montealegre y Pedro de Morales /158/ cura de Valdiacete, visitadores y reformadores de la Orden de Santiago en el Reino de Murcia con el Val de Segura por el rey y reina nuestros señores, administradores perpetuos de la dicha orden por autoridad apostólica, hacemos salud a vos Juan García Román, vecino de la villa de Segura y a vos el Concejo, alcaldes y regidores de la dicha villa, que visitando la ermita de Nuestra Señora de la Peña de Orçera, hallamos que hasta aquí se suele poner en la dicha ermita un mayordomo, el cual está en la dicha ermita y tiene cargo de ella y de sus posesiones, al cual le suelen dar por el dicho cargo la huerta y viñas y cubas y tinajas y casas de la dicha ermita y la mitad de los esquilmos y la mitad de la cría o mejoría del ganado que tiene la dicha ermita, lo cual nos pareció que redundaría en daño de las otras heredades y bienes de la dicha ermita y que según el poco trabajo que el dicho mayordomo tiene que el provecho y salario que se le da es inmenso y demasiado, especialmente que si trabaja en las dichas heredades recibe el provecho o intereses de ellos, y nos queriendo reformar y proveer acerca de esto, como más cumplir al servicio de nuestra señoría y al provecho y utilidad de sus heredades y bienes, acordamos de dar y dimos este nuestro mandamiento por el cual os mandamos que de aquí adelante se tenga la forma y orden siguiente en el poner santero o mayordomo.
Acerca de las dichas heredades y bienes de la dicha ermita que vos el dicho Vicario y alcaldes y regidores juntamente según que lo tienen de costumbre de hacer, busquéis y pongáis un mayordomo, persona suficiente para ello que more en la dicha villa o en el arrabal Orçera, al cual encarguéis la mayordomía y administración de todos los dichos bienes que ahora son o fueren de la dicha ermita, dándoselos por inventario y en la forma y con el juramento y solemnidad que se debe hacer, el cual tenga cargo de administrar los dichos bienes y ganados como más cumpla al pro y utilidad de la dicha ermita.
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Haciendo las granjear y bien tratar las dichas heredades y ganados de la dicha ermita según y de la forma que tienen mayordomías en las otras iglesias, tomando la cuenta en cada una año de lo que rinden los dichos bienes de la dicha ermita, teniendo libro concertadamente donde se escriba la cuenta del dicho mayordomo en cada un año.
Y asimismo que vos los susodichos, juntamente con el dicho mayordomo, pongáis en la dicha ermita una buena persona por santero que alimpie la dicha ermita y encienda las lámparas y guarde la dicha iglesia y estando en poder del dicho mayordomo todos los dichos bienes y ornamentos de la dicha ermita y que al tal santero que allí estuviera, se le dé toda la huerta con los frutales para su mantenimiento; y que el dicho santero ande a coger por donde quisiere limosnas para la dicha ermita y que lo que cogiere sea para el santero, si otra manda alguna de ganado o ropa se hiciere para la dicha ermita y que todo el pan y vino y dinero que cogiere sea para él, y lo que se echare en el cepo de la dicha ermita sea para la dicha ermita; y dejando para el pro y utilidad de la dicha ermita ciento y cincuenta cabras para que estas estén continuamente siempre por posesión para la dicha ermita y de los renuevos de ellas reparen y se aprovechen para la dicha ermita los reparos necesarios y para hacer lo que mandaron los visitadores pasados cada y cuando que se debieren cualquier cosa de los esquilmos de ello y asimismo os mandamos que por cuanto hay en el inventario de la dicha ermita muchas cosas que no son necesarias así como tocados y hierro y sayas y otras menudencias semejantes, que se pongan en un almoneda y se venda públicamente y de lo que montare se compre un chamelote blanco para la imagen de nuestro señor; lo cual todo que dicho es, os mandamos que así hagáis y cumplades so pena de la merced del rey y de la reina nuestros señores y de diez mil maravedíes para la cámara de sus altezas, hecho treinta días de setiembre de noventa y /160/ y ocho años; Rodrigo Dávalos y Pedro Morales, por mandado de los dichos visitadores, Alonso Dalarco, notario.
Y el cual dicho mandamiento de suso incorporado fue entregado y notificado al dicho Vicario y a Alonso García y a Martín Pérez y a Pedro González Dávila, regidores; testigos, Diego Gómez escribano y Bartolomé de Siles y Diego Vázquez, vecinos de Segura.
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