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domingo, 7 de octubre de 2012

1.749.- El ermitaño Sebastian Guerrero




1.749.- El ermitaño Sebastián Guerrero. (La virgen de Albanchez. Patrona de la Villa de Villarrodrigo, 2004, Ángel Vera Sandoval).

            Documentalmente conocemos la existencia de ermitaños en la ermita de Ntra. Sra. de Albanchez desde el año 1625 (“item veinte y un reales que por cinco partidas de su libro parece haber gastado en retejar otra vez la ermita y media loba para la puerta y una sartén que dio al ermitaño .. “), pero de todos ellos, no será sino Sebastián Guerrero quien mantendrá un pulso con el Vicario dado el alejamiento en el cumplimiento que tenía encomendado como ermitaño; corría el mes de julio del año 1749 cuando Juan Blanco, vecino de esta villa y marido de Juana Moreno, comparece ante Miguel de Córdoba y Gutiérrez ( Presbítero Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, Teniente de Vicario y Juez Eclesiástico Ordinario y Visitador en esta villa y su partido por ausencia y nombramiento del Licenciado D. Manuel Antonio Monge y Coronado), para denunciar que:

días hace que el hermano Sebastián Guerrero, ermitaño del santuario de Ntra. Sra. de Albanchez, patrona de esta dicha villa, se internó dentro en la casa del que comparece y desde este tiempo no ha tenido una hora de paz ni quietud con la dicha su mujer, no queriéndole admitir en su casa por estar amancebada con dicho hermano a quien ha visto en acto carnal con la dicha Juana su mujer, habiéndole amenazado de muerte ambos si no se iba de esta villa ... y pide y suplica se proceda a echar fuera de su casa al citado Sebastián que es el impedimento de no hacer vida con su mujer y a esta competerle por todo rigor a que no comunique con él, y a que haga vida maridable con el compareciente”

Y todo ello ocurre cuando previamente Diego Pedro Morcillo de la Parra, Alcalde Ordinario, “con todo sigilo corrigió a los dichos Sebastián Guerrero y Juana Moreno”.

Tras haber sido apercibidos por separado, Sebastián y Juana se comprometen a no continuar con tal actitud y Juan Blanco pide que “por ahora se suspendan estos procedimientos”.

Pero trascurridos unos meses después (noviembre de 1750) Juan Blanco “vio distintas veces en la dicha ermita al hermano Sebastián Guerrero, su ermitaño, y a Juana Moreno, mujer del suplicante, tratarse ilícitamente y en acto carnal, y habiéndolo amonestado mirase a Dios le respondió la dicha su mujer que como otros muchos habían aguantado y aguantaban con la misma carga aguantase y tolerase lo mismo y que dicho ermitaño Sebastián Guerrero había de estar y mandar en la casa y su persona y que se fuera donde no le volviera a ver porque de no, se había de acordar, amenazándole con la muerte y dicho Sebastián que es un hombre forajido y soberbio también le ha amenazado diferentes veces para que se vaya y los deje en su total libertad ... y con efecto han echado al suplicante de su casa y no han permitido ni permiten entre en ella ni hacer vida maridable ... y cuando dicho Sebastián Guerrero no está en la casa de la dicha Juana, su mujer, va esta a buscarle a la ermita de día y noche a horas cómodas e incómodas sin refrenarlos el temor de Dios, el de la justicia y marido pues viven con libertad de conciencia en su notorio y expresado amancebamiento causando un notable escándalo y nota así en esta república como en las demás de su comarca y pidió y suplicó a su merced proceda a evitar semejante daño por los medios judiciales que convenga .. “

Con fecha 03/11/1750, se le retira la llave de la ermita de Ntra. Sra. de Albanchez al hermano Sebastián Guerrero y se le comunica la pena de excomunión mayor. Sin embargo Sebastián Guerrero pide al Vicario:

“devuelva la llave de la ermita y le de su licencia para la recolección de limosnas y administración del caudal para lo cual hace la más reverente súplica y ofrece el cumplir exactamente con su ministerio”

Pero dada la continuidad del amancebamiento, tres años después, Sebastián Guerrero es preso en la cárcel eclesiástica de esta vicaría, ya que según testigos:

“no se ha apartado de dicha comunicación y frecuencia de la casa de la dicha Juana, y está en la ermita a todas horas, de que ha habido y hay una gran nota y escándalo en esta villa y por ser pobre la referida se dice la ha mantenido y mantiene dicho Sebastián Guerrero con las limosnas, por lo que muchos no le quieren ya dar y se han enfriado en la devoción de dar” y “se le recogió el caudal de cabras que tenía dicho santuario y se le quitó a dicho Guerrero la administración”.

Ya el Alcalde Ordinario Antonio García de Quesada se había quejado de Sebastián Guerrero que:

“habiendo consumido mucha parte del caudal de las limosnas y cabras de Ntra. Sra. en la manutención de esta mujer y familia y por ello ya no se le quería dar limosna ni él venir a pedirlas”.


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