1.486-1.542. Biografía de Alfonso de Segura. Escritores cartujos de España. (B.N. “Escritores cartujos de España” por un profesor de la Cartuja de N.S. de Aula Dei. 1.955)
SEGURA (V.P.D. ALFONSO)
Hijo de familia humilde, nació en Ciudad-Rodrigo (por Villa-Rodrigo), y gracias a los sacrificios que se impusieron sus padres pudo hacer sus estudios en Alcalá, Zaragoza, Lérida y Salamanca, cursando con gran fruto el Derecho Civil y sobresaliendo también en oratoria y literatura.
Las memorias de la Real Academia de la Historia, tomo VI, página 612, dicen que Lucio Marineo, en el discurso que dirigió al Emperador Carlos V acerca de los literatos que florecieron por aquel tiempo, cita entre otros a nuestro Segura: “Alphonsus cognomento Segura, monachus cartusianus in Scala Dei, qui cum doctos homines sui temporis ingenii viribus et eruditione superasset et in saeculo magnos honores et dignitates consequi potuisset a Deo vocatus, evitans mundi fallacias, et pericula fugiens ad Scalam Dei se contulit, ut ad coelum facilius iter consequeretur”.
Efectivamente, despreciando el brillante porvenir que le ofrecía el mundo, pidió su admisión en nuestra Orden. Esta inesperada resolución causó gran sensación en la Corte, en la que el ya célebre abogado había sido admitido, y dejó desorientados al reducido grupo de sus amigos íntimos, de los cuales era el alma.
Recibió nuestro hábito el 20 de diciembre de 1.514, en la Cartuja de Scala Dei. Fue modelo de observancia, amantísimo del silencio y la soledad; de porte austero, pero caritativo, y de gravedad no vulgar que se conciliaba la veneración de todos. Dios permitió sufriese molestísimas tentaciones, de las que siempre salió vencedor, ahuyentando algunas veces al demonio con la señal de la Cruz.
El día de su muerte ocurrió lo siguiente: Estaba rezando el Oficio de difuntos en su celda, cuando otro monje le invitó a salir a paseo. Continuaron durante el mismo el Oficio. Al principio de la séptima lección, que dice: Spiritus meus attenuabitur, dies mei breviatur “exclamó”: “Oh, buen Jesús, sed para mi Jesús en esta hora, porque me muero y sufro mucho”. Puesto de rodillas se confesó con su compañero y decía: “Señor Jesús, que muera en la celda; pero, hágase tu voluntad. Oh buen Jesús, recibe mi alma”. Diciendo esto expiró. Era el día 17 de junio de 1.542.
Escritos:
1º.- “Oratio ad Alphonsum Aragonium Ferdinandi regis filium, Caesaraugustanam, et Montis regalis arcieipisc., et Aragoniae regni Praefectum. De ejus laudibus et Pontificatus et regni diligentísima gubernatione”.
2ª.- “Coloquio entre Dios y el alma”
SEGURA (V.P.D. ALFONSO)
Hijo de familia humilde, nació en Ciudad-Rodrigo (por Villa-Rodrigo), y gracias a los sacrificios que se impusieron sus padres pudo hacer sus estudios en Alcalá, Zaragoza, Lérida y Salamanca, cursando con gran fruto el Derecho Civil y sobresaliendo también en oratoria y literatura.
Las memorias de la Real Academia de la Historia, tomo VI, página 612, dicen que Lucio Marineo, en el discurso que dirigió al Emperador Carlos V acerca de los literatos que florecieron por aquel tiempo, cita entre otros a nuestro Segura: “Alphonsus cognomento Segura, monachus cartusianus in Scala Dei, qui cum doctos homines sui temporis ingenii viribus et eruditione superasset et in saeculo magnos honores et dignitates consequi potuisset a Deo vocatus, evitans mundi fallacias, et pericula fugiens ad Scalam Dei se contulit, ut ad coelum facilius iter consequeretur”.
Efectivamente, despreciando el brillante porvenir que le ofrecía el mundo, pidió su admisión en nuestra Orden. Esta inesperada resolución causó gran sensación en la Corte, en la que el ya célebre abogado había sido admitido, y dejó desorientados al reducido grupo de sus amigos íntimos, de los cuales era el alma.
Recibió nuestro hábito el 20 de diciembre de 1.514, en la Cartuja de Scala Dei. Fue modelo de observancia, amantísimo del silencio y la soledad; de porte austero, pero caritativo, y de gravedad no vulgar que se conciliaba la veneración de todos. Dios permitió sufriese molestísimas tentaciones, de las que siempre salió vencedor, ahuyentando algunas veces al demonio con la señal de la Cruz.
El día de su muerte ocurrió lo siguiente: Estaba rezando el Oficio de difuntos en su celda, cuando otro monje le invitó a salir a paseo. Continuaron durante el mismo el Oficio. Al principio de la séptima lección, que dice: Spiritus meus attenuabitur, dies mei breviatur “exclamó”: “Oh, buen Jesús, sed para mi Jesús en esta hora, porque me muero y sufro mucho”. Puesto de rodillas se confesó con su compañero y decía: “Señor Jesús, que muera en la celda; pero, hágase tu voluntad. Oh buen Jesús, recibe mi alma”. Diciendo esto expiró. Era el día 17 de junio de 1.542.
Escritos:
1º.- “Oratio ad Alphonsum Aragonium Ferdinandi regis filium, Caesaraugustanam, et Montis regalis arcieipisc., et Aragoniae regni Praefectum. De ejus laudibus et Pontificatus et regni diligentísima gubernatione”.
2ª.- “Coloquio entre Dios y el alma”
No hay comentarios:
Publicar un comentario