1.603.- El Voto de San Agustín de Bayonas. (Notas Históricas de Villarrodrigo. Asociación Recreativa-Cultural “Peña el Pilón”. Villarrodrigo (Jaén). 1.981)
ELVOTO DE SAN AGUSTÍN DE BAYONAS
El domingo, 12 de octubre de 1.603, en la ermita que Bayonas tenía dedicada a San Agustín, cuya imagen la presidía, se celebró misa mayor que concelebró y predicó Fray Domingo, Deán de la Orden de San Agustín y Prior del convento de Alcaraz.
Tras el rito religioso, una representación del lugar, para realizar el voto de San Agustín, comparecieron ante el Licenciado Lorencio de Quesada que era el Vicario de Villa Rodrigo y su partido, al cual pertenecía el lugar de Bayonas.
La representación iba presidida por Francisco de Vergara, cura del lugar, Alonso Pérez, alcalde ordinario y los Regidores Alonso Martínez y Juan de Bezares. Completaban la representación los siguientes vecinos: Alonso Martínez Espinosa, Juan Herrero, Juan de Membrilla, Miguel Sánchez de Salas, Alonso Martínez de Maricalera, Pedro Gómez, Martín Sánchez, Hernán Sánchez y Diego Serrano.
Los representantes, en nombre de los vecinos y los que sucedieran en el lugar, realizaron la siguiente promesa: guardar el día de San Agustín de cada año, ir en procesión a su ermita y oir misa en ella, dar una caridad de pan y queso a los niños pobres del lugar, y volver en procesión. Además, para la persona que estando en el lugar el día de San Agustín, no cumpliere el voto, tendría de pena una libra de cera o su valor, “aplicados a la fábrica de la ermita”.
La promesa fue jurada por los representantes, sobre los evangelios que el Vicario tenía en sus manos, y sobre una cruz en que cada uno puso su mano derecha.
Como testigos, además de los citados vecinos de Bayonas, se encontraban presentes:
-Juan Marroquí de Laiseca, alcaide de la fortaleza de Segura.
-Diego Serrano, Escribano de S.M.
-Francisco de Honcada, vecino de la villa de Segura.
-Vicente Delgado y Lorencio Pérez, vecinos de la villa de Villa Rodrigo.
-y el Padre Hernán Sánchez, clérigo presbítero de la villa de Bienservida.
El voto fue escrito, en testimonio de verdad, por Sebastián de Santa Cruz, Escribano de S.M. y de la Audiencia de la Vicaría de Villa Rodrigo y su partido.
Para la perpetuidad del voto, se realizaron dos copias del manuscrito original; una quedó en un arca en la propia ermita, otra en la iglesia parroquial de Bayonas y la tercera se guardó junto a las escrituras del Concejo de Bayonas.
En el propio voto se prometía que sería leído a los vecinos todos los años en el día del Santo, para que lo cumpliesen los “demás vecinos que sucedieran en este lugar”. Pero Bayonas ya se encontraba en franco declive y pronto no existirían en el lugar moradores que cumpliesen la promesa.
ELVOTO DE SAN AGUSTÍN DE BAYONAS
El domingo, 12 de octubre de 1.603, en la ermita que Bayonas tenía dedicada a San Agustín, cuya imagen la presidía, se celebró misa mayor que concelebró y predicó Fray Domingo, Deán de la Orden de San Agustín y Prior del convento de Alcaraz.
Tras el rito religioso, una representación del lugar, para realizar el voto de San Agustín, comparecieron ante el Licenciado Lorencio de Quesada que era el Vicario de Villa Rodrigo y su partido, al cual pertenecía el lugar de Bayonas.
La representación iba presidida por Francisco de Vergara, cura del lugar, Alonso Pérez, alcalde ordinario y los Regidores Alonso Martínez y Juan de Bezares. Completaban la representación los siguientes vecinos: Alonso Martínez Espinosa, Juan Herrero, Juan de Membrilla, Miguel Sánchez de Salas, Alonso Martínez de Maricalera, Pedro Gómez, Martín Sánchez, Hernán Sánchez y Diego Serrano.
Los representantes, en nombre de los vecinos y los que sucedieran en el lugar, realizaron la siguiente promesa: guardar el día de San Agustín de cada año, ir en procesión a su ermita y oir misa en ella, dar una caridad de pan y queso a los niños pobres del lugar, y volver en procesión. Además, para la persona que estando en el lugar el día de San Agustín, no cumpliere el voto, tendría de pena una libra de cera o su valor, “aplicados a la fábrica de la ermita”.
La promesa fue jurada por los representantes, sobre los evangelios que el Vicario tenía en sus manos, y sobre una cruz en que cada uno puso su mano derecha.
Como testigos, además de los citados vecinos de Bayonas, se encontraban presentes:
-Juan Marroquí de Laiseca, alcaide de la fortaleza de Segura.
-Diego Serrano, Escribano de S.M.
-Francisco de Honcada, vecino de la villa de Segura.
-Vicente Delgado y Lorencio Pérez, vecinos de la villa de Villa Rodrigo.
-y el Padre Hernán Sánchez, clérigo presbítero de la villa de Bienservida.
El voto fue escrito, en testimonio de verdad, por Sebastián de Santa Cruz, Escribano de S.M. y de la Audiencia de la Vicaría de Villa Rodrigo y su partido.
Para la perpetuidad del voto, se realizaron dos copias del manuscrito original; una quedó en un arca en la propia ermita, otra en la iglesia parroquial de Bayonas y la tercera se guardó junto a las escrituras del Concejo de Bayonas.
En el propio voto se prometía que sería leído a los vecinos todos los años en el día del Santo, para que lo cumpliesen los “demás vecinos que sucedieran en este lugar”. Pero Bayonas ya se encontraba en franco declive y pronto no existirían en el lugar moradores que cumpliesen la promesa.