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viernes, 19 de marzo de 2021

1.480.- Visita de la Orden de Santiago a Torres de Albanchez

 


1480-9-22 -Visita a los Partidos de la Mancha, Ribera del Tajo, Campo de Montiel y Sierra de Segura. Visita a Torres de Albanchez. (AHN. Guía de las OO.MM. Mss. Santiago. Sign. 1064 C pág. 227-230).

 

Vesitaçión de Torres de Alvanches

 

/227/

Luego los dichos visitadores en este dicho día (22-09-1480) fueron a Torres de Alvanches, lugar de la dicha Encomienda de Segura y estando presentes los alcaldes y hombres buenos del dicho lugar, les mostraron los poderes que del maestre nuestro señor llevaban, a los cuales por ellos fueron obedecidos con debida reverencia y cuanto al cumplimiento de ellos dijeron que estaban prestos de los cumplir como en ellos se contiene.

 

Luego los dichos visitadores hicieron pregonar al portero del dicho lugar si había alguna persona que hubiese recibido agravio del señor comendador de Segura o de algún suyo o unos vecinos de otros, que pareciesen ante ellos y les harían cumplimiento de justicia.

 

Luego los dichos visitadores fueron a ver el cortijo y la torre del dicho lugar, la cual tenía sus puertas buenas y hallaron por alcaide /228/ a Rodrigo de Torres, puesto por el señor Conde de Paredes, Comendador de Segura, la cual torre es de cal y canto y de buen muro y tiene tres bóvedas, una sobre otra que toman todo el hueco de la dicha torre, hay una pared fuerte por medio la ancha (¿) de cal y canto que sube hasta la primera bóveda, la cual hace apareamiento de las dichas tres bóvedas que las hace seis y van a una escalera de piedra desde lo bajo hasta lo alto por el grueso del muro de la dicha torre, de bóveda en bóveda hasta lo alto y encima de lo alto de la dicha torre está cubierta de madera y tejas que toma todo lo alto de las dichas bóvedas y queda todo el grueso y pretil y almenas descubierto al agua, de lo cual viene daño a la dicha torre que si llueve y cala por allí las dichas bóvedas hasta abajo; sacaron los dichos visitadores el libro de la visitación pasada y hallaron que los otros visitadores mandaron al dicho comendador en ausencia y a Alonso de Moya en presencia, en virtud de obediencia, que desde su visitación hasta San Juan de junio primero que hiciesen todo el tejado y lo cumpla sobre todas las almenas en manera que venga toda la torrente de las aguas fuera de la dicha torre y que lo hiciesen de buena madera y teja y sus cercas y armilleros (¿) de cal según que diz que había sido mandado hacer por otros visitadores antiguos, todo lo cual los dichos visitadores de agora hallaron que no se habían hecho cosa alguna, tomaron en mandar los dichos visitadores al dicho Comendador de Segura en ausencia y al dicho Rodrigo de Torres, alcaide en presencia, en virtud de obediencia, que cubra y mande cubrir lo alto de la dicha torre hasta las almenas al derredor o haga suelo de betún fuerte por manera que el agua luvia no se empape en las paredes y no venga daño a la dicha torre, lo cual que así lo mandan hacer como dicho es hasta Navidad próxima.

 

Había en la dicha torre dos molinos de mano. No había armas ningunas, porque el dicho Alcaide non está en la dicha torre, salvo en una casa donde mora en el dicho lugar. Está en lo bajo de la dicha torre un pozo manantial. Tiene una barrera de cal y canto que toma las dos escuadras de la dicha torre, la cual tiene dos cubos (¿). Parecía de la visitación pasada que los visitadores pasados mandaron al dicho comendador de Segura que porque la dicha barrera está baja de cabo a rabo, que la mandase alargar de dos tapias en alto de piedra y cal y yeso y que le haga sus troneras. Los dichos visitadores hallaron que lo non habían hecho, mandaron que hasta el dicho día de Navidad primero, en virtud de obediencia, así lo haga y cumpla.

 



Los dichos visitadores fueron a ver y visitar la iglesia de Señora Santa /229/ María, iglesia parroquial del dicho lugar, está el cuerpo de ella bien reparado, hallaron por cura de ella a Juan Sánchez, fraile de la Orden, non estaba ende, dejaron mandamiento para que dentro de seis días próximos pareciese ante los dichos visitadores y si non pareciere que parezca ante el maestre nuestro señor a mostrar sus títulos que tiene del dicho curadgo y si lo non hiciere que desde agora lo han por reprendo del dicho curadgo.

 

Asimismo dejaron mandamiento al dicho Concejo que si el dicho cura non residiere en la dicha iglesia o non tuviere capellán de que sea contento el pueblo, hasta quince días próximos, que el pueblo pueda poner el capellán que quisiere y que sea pagado de las rentas del dicho cura y que le non mandan al dicho cura con las rentas del dicho curadgo hasta que el maestre nuestro señor o ellos en su nombre provean en ello.

 

Luego los dichos visitadores hicieron el acto de la apelación que hicieron e interpusieron del arzobispo y sus vicarios y provisores en la Almedina, en el dicho lugar Torres de Alvanches, y asimismo lo hicieron el dicho acto en Xenave y Villa Rodrigo y mandaron en los dichos lugares y en el dicho lugar Torres, en presencia de Miguel Cano, alcalde ordinario de Segura, que onde (¿) estante y a Rodrigo de Torres alcaide y al Concejo y alcaldes y regidores del dicho lugar, so pena de privación de los oficios y de confiscación de todos sus bienes para la cámara del maestre nuestro señor, que si alguna persona del señor arzobispo o de sus provisores de la çibdad de Alcaras o de otro juez suyo o de Alcalá o de otras partes cualesquier, que vinieren a traer carta de descomunión o entredicho que los prendan los cuerpos y los tengan presos y a buen recaudo y los non suelten hasta tanto que el maestre nuestro señor lo sepa y sobre ello su señoría mande proveer y que non obedezcan carta de descomunión que el dicho señor arzobispo o sus jueces, ni brazos ni manos carta de descomunión porque de todo ello se tiene apoyado en forma de derecho. Y mandaron al Comendador de Segura, en virtud de obediencia, en presencia de los susodichos que para ello y para todo lo que dicho es, que se dé el favor y ayuda que necesario fuere y se jure con los pueblos y los pueblos con él, y cumplan todo lo susodicho.

 

Luego a mayor abundamiento si necesario era y es, hicieron la dicha apelación y la interpusieron en uno con el dicho alcalde y Rodrigo de Torres, alcaide y el Concejo, alcaldes y regidores del dicho lugar Torres en nombre del valle de Segura, todos juntamente la interpusieron según de suso (¿) del dicho arzobispo y sus vicarios y jueces y otros.

Lo cual todo como dicho es, así queda publicado y mandado en todo el Campo de Montiel.

/230/

Tiene la dicha iglesia una cruz de plata sobre madera dorada y esmaltada, puede valer (¿) unos cinco marcos, poco más o menos. Tiene un cáliz de plata con su patena, puede valer dos marcos y medio poco más o menos. Tiene un relicario de plata en que está el corpus xpti, puede pesar cinco o seis onzas poco más o menos. Tiene la dicha iglesia un vestimento de terciopelo carmesí con su cenefa de oro y seda broslada a lugares de hilo de oro. Tiene otro vestimento con su recabado de zarzahán y una capa de zarzahán viejo.

 

Tiene la dicha iglesia un misal misto viejo y otro que se hace de nuevo, un sacramental de Balderas, un manual para dar los sacramentos, un salterio, dos dominicales, uno de invierno hasta la cuaresma y otro desde pascua de resurrección hasta el invierno. Un santoral de lectura y cantico viejo, unas cincostorias, un dominical del altar y santoral, Un cuaderno de pasiones de la Semana Santa y otro de tinieblas.

Tiene el dicho curadgo unas casas y catorce peonadas de viñas y siete pies de olivas y un pedazo de tierra.

 

Luego los dichos visitadores fueron a ver el horno del dicho lugar que es de la dicha Encomienda de Segura y hallaron que estaba muy mal reparado y parte se caía porque está destejado y descubierto de madera y teja y que es muy pequeña casa según la población del dicho lugar y que cierta madera y teja que tiene el dicho tejado, la tienen dos caseros (¿) de madera y porque allí donde está el dicho horno no se puede alargar ni ensanchar porque está en la plaza del dicho lugar, mandaron al dicho señor Conde y Comendador de la Encomienda de Segura, que hasta el día de San Juan primero del mes de junio del año de ochenta y un años, mande hacer otro horno que sea más largo y más ancho, en lugar que mejor y más correcto sea, en manera que bien puedan cozer su pan los vecinos del dicho lugar. Y mandaron que si hasta el dicho día de San Juan no lo mandare hacer, que los dichos vecinos puedan cocer y así hagan en sus casas su pan sin que paguen poya, ni incurran en pena alguna. Lo cual se mandó presente Rodrigo de Torres, alcaide susodicho y quedó mandamiento al dicho Concejo sobre ello.

 

 

COMENTARIO:

El torreón tiene tres bóvedas con una pared en medio que hacen seis estancias. Por la cubierta entra el agua porque el tejado sigue sin repararse por el Comendador.

El cortijo, barrera o muralla que sale de dos esquinas de la torre tiene en sus extremos dos torres cubos (¿) (como la fortaleza de Siles).

La iglesia estaba bien reparada con su cura de la Orden que estaba ausente.

Los visitadores santiaguistas muy celosos de sus fueros reales, era la única Orden que tenía independencia eclesiástica y administrativa. No permiten que se entrometan los arzobispados de Toledo en la Vicaría de Villarrodrigo, ni el de Cartagena en la Vicaría de Segura. Al igual que en lo administrativo no permiten injerencias de la capital del reino murciano.

El horno que había en la plaza se había quedado pequeño y no se podía agrandar. Se manda al Comendador que haga un horno nuevo más grande en otro lugar que convenga.


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