1498-10-06 -Visita a los Partidos de Sierra
de Segura y Murcia. Visita a la villa de Siles. (AHN. Guía de las OO.MM. Mss. Santiago. Sign. 1069 C pág. 180-195.
Archivo General de la Región de Murcia).
Visitación de la villa de Syles
/180/
En seis días
del mes de octubre de noventa y ocho años (6-10-1498),
los dichos Rodrigo Dávalos, comendador de Montealegre y Pedro de Morales, cura
de Valdiacete, visitadores susodichos fueron a visitar la villa de Syles, que
es de la Encomienda de Segura, en el cual se juntaron Pedro Vázquez de
Paradinas, alcaide de la fortaleza de la dicha villa y Diego Ruiz y Sebastián
de Herrera, regidores y Diego Fernández, alguacil y Alonso Navarro /181/ mayordomo
y otros hombres buenos de la dicha villa, a los cuales les fue notificado y
leído el poder de sus altezas y por ellos fue obedecidos con aquel acatamiento
y reverencia que debían y en cuanto al cumplimiento dijeron que estaban prestos
de lo cumplir en todo y por todo según sus altezas lo mandan; testigos Pedro Fernández
y Ruy González y Pedro Fernández del Cerrillo, vecinos de la dicha villa.
Y luego incontinente,
este dicho día, los dichos visitadores mandaron a los dichos alcaldes, que
diesen la copia de los vecinos que hay en la dicha villa y los que de ellos son
cuantiosos, hasta mañana en todo el día, jurada en forma, so pena de la merced
de sus altezas, testigos los dichos.
Y después de
esto, este dicho día, fueron dados los
pregones en la dicha villa que en las otras villas se suelen dar y habían
dado especificadamente.
Y asimismo fue
pregonado si había algunas personas que tengan heredades que hagan censo a la
Orden que vengan mostrando el título que de ellas tienen dentro de tercero día
y que no lo mostrando pasado el dicho término, las adjudicarían a la dicha
Orden, testigos Pedro Fernández y Fernando de Cuenca, vecinos de la dicha
villa.
En siete días
del dicho mes de octubre del dicho año parecieron los regidores y alcaldes ante
los dichos visitadores y dijeron que por cuanto por ellos les fue mandado traer
la copia de los caballeros cuantiosos y de los vecinos que hay en la dicha
villa, la cual dijeron que presentaban y presentaron ante ellos una copia de la
vecindad que había en la dicha villa que son ciento y noventa y cinco vecinos de los cuales son cuantiosos los
siguientes:
Juan Fernández
Calero (¿) cuantioso 1 lanza
Cristóbal Ruiz
cuantioso 1 lanza
Martín Ruiz
cuantioso 1 lanza
Juan Navarro
cuantioso 1 lanza
Pedro Fernández
cuantioso 1 lanza
/182/
Diego Fernández
cuantioso 1 lanza
Pedro Vázquez
cuantioso 1 lanza
Alonso Fernández
de Balboa cuantioso 1 lanza
García Fernández
zapatero cuantioso 1 lanza
Pedro Fernández
del Cerrillo cuantioso 1 lanza
Fernando de
Cuenca, cuantioso 1 lanza
Ginés García
cuantioso 1 lanza
Pedro Vázquez
el mozo cuantioso 1 lanza
Diego López
cuantioso 1 lanza
Pedro García de
la Huerta cuantioso 1 lanza
Antón Navarro
cuantioso 1 lanza
Juan Morcillo
cuantioso 1 lanza
Ruy González
cuantioso 1 lanza
Hernán Tizón
(¿) cuantioso 1 lanza
La cual dicha
copia de suso escrita los dichos regidores y alcaldes juraron que no había más
vecinos, ni cuantiosos de los susodichos en la dicha villa y que los más de
ellos tenían los caballos que son obligados, porque el alcaide en nombre del
comendador de Segura les toma los alardes dos veces cada año. Mandaron los
dichos visitadores a los dichos alcaldes que les notifiquen a los que no tienen
los dichos caballos que los tengan hasta el día de Navidad porque estén
apercibidos para cuando por sus altezas fueren llamados, so pena de la merced
de sus altezas; testigos el bachiller Rodrigo del Castillo y Juan de Madrid,
criados del comendador Rodrigo de Ávalos.
Y luego
hicieron inventario de los bienes y cosas de la dicha iglesia y la visitaron.
/183/
Visitación de la iglesia.
Luego los
dichos visitadores visitaron la iglesia de la dicha villa, la cual es de la
vocación de Nuestra Señora la Virgen María, y es de dos naves sobre pilares de
ladrillo y yeso; cubierta de madera pintada, armada a nudillos; y en el altar
mayor está una imagen de Nuestra Señora de bulto y el dicho altar bien
ataviado; y junto con el dicho altar está un sagrario de yeso, bien obrado, con
sus buenas puertas y cerradura; y al cabo de la dicha iglesia está una buena
tribuna en la cual están unos órganos, quebrados algunos cañones; y junto consta
otra tribuna pequeña.
En la dicha
iglesia hay otros dos altares; en el uno la imagen de San Gregorio y en el otro
la imagen de Santiago y de San Pedro; ambos con sus frontales y manteles
limpios.
Y luego el
dicho cura de Valdiacete se vistió una sobrepelliz y encima una estola y con la
reverencia que debía visitó el Santo Sacramento del Corpus Cristi, el cual
halló en el dicho sagrario bien ataviado de palias de dentro y un cofre blanco
de madera de pino; y en el dicho cofre otro cofrecito pequeño pintado y dentro
de él una hijuela y allí estaba el Corpus Cristi honestamente; y el dicho cura
preguntó a Antón Sánchez Merino, cura de la dicha iglesia, cuanto hacía que lo había
renovado, dijo que hasta seis días; en el dicho sagrario estaban el olio de la
crisma y el olio ynfermorun en tres ampollas de estaño a buena guarda.
Y luego
visitaron la pila de bautismo, la cual hallaron limpia y buena.
Hallaron en la
dicha iglesia de la dicha villa por cura de ella a Antón Sánchez Merino, freile
de la dicha Orden, el cual está proveído por el diocesano y hace mención en la
provisión de la presentación de sus altezas; al cual hallaron buen eclesiástico
y administra bien los oficio de la dicha iglesia y honesto en su vivir.
Inventario de los bienes y cosas de la
iglesia
/184/
Plata
Una cruz de
plata con un crucifijo, que puede pesar hasta doce marcos.
Una custodia de
plata que está comenzada a hacer, de hasta tres marcos.
Un cáliz de
plata con su patena que pesa hasta dos marcos.
Otro cáliz de
plata que tiene dorado el vaso, que pesa dos marcos.
Unas ampollas
de plata blanca, de hasta seis onzas.
Ornamentos
Una casulla de
damasco leonada con una cenefa de brocado verde, con su estola y manípulo de lo
mismo y su alba y amito.
Otra casulla de
damasco carmesí, con su cenefa, con un manípulo de zarzahán y un amito y alba.
Otra casulla de
zarzahán buena con todo su aparejo.
Otro vestimento
de zarzahán viejo con todo su recabado.
Otro vestimento
de lienzo pardillo viejo con todo su recabado.
Otro vestimento
de lienzo blanco, con una cruz verde con todo su recabado.
Una capa de
damasco blanco, con su cenefa y capilla buena.
Otra capa de
zarzahán raída.
Otra capa de
lienzo cárdeno con una cenefa.
Una casulla de
lienzo blanco por bendecir.
Una casulla de
lienzo cárdeno enforrada en lienzo amarillo.
Otra capa de
lienzo bruñido, azul, con una cenefa.
Catorce albas
con las que tienen las casullas de susodichas.
Nueve facinlejas
(¿), las ocho labradas y la una blanca.
Cinco arrideles
de seda, el uno verde, el otro pardillo, el otro blanco con cintas coloradas y
dos amarillos.
Un roquete de
lienzo labrado con un filete de oro.
Cinco
traveseros labrados viejos y nuevos.
/185/
Una alcambra
(¿) de lienzo con cintas coloradas. Una sábana vieja con listas azules. Dos
camisas de Nuestra Señora. Dos frontales, uno de la Pasión y otro pintado.
Cuatro pares de
manteles buenos y otros dos viejos.
Un par de
mangas de seda azules de damasco y una puesta de seda.
Un peinado de
San Sebastián. Un sayo pequeño de lienzo.
Cinco brazas y
media de cintas de estambre. Cuatro toaras (¿) viejas (….).
Un tocado de
lienzo de París y otro de seda raso y otros tres de seda.
Un brial de
paño negro con verdugos de damasco pardillo.
Un tabardico de
paño fino. Un velun templi. Una cortina de seda.
Otra cortina de
lienzo blanca con orillas coloradas. Un alfamar viejo.
Una manga de
seda vieja para la cruz.
Una garnacha
con listas azules. Un poyal de retablo.
Un arcas grande
sin cerradura. Otras dos arcas.
Dos alfombras a
medio raídas. Un velo de lienzo negro.
Un manto de paño
bueno. Un tocado de seda raso.
Una cortina
blanca con unas listas coloradas y cárdenas.
Un brial
colorado con sus mangas guarnecido de terciopelo.
Una estola
blanca por bendecir y dos amitos nuevos por bendecir.
Una
sobrepelliz. Un frontal de guadamecí.
Una manga para
la cruz morada. Un lienzo colorado viejo.
Una camisa con
cintas negras con un cabezón colorado.
Dos tinajas
para el aceite. Nueve palias. Unas tobajas moriscas.
Un ceñidor colorado.
Libros
Un teigitur
bueno. Un misal de pergamino toletario (¿) mediano.
/186/
Un
evangelisterio de pergamino viejo. Un oficiario de quinta regla. Un dominical
de lectura y canturía bueno. Otro dominical reparable (¿). Unas cinquistorias
con principio de santoral. Una regla ordinaria para rogar las horas. Un oficiario
viejo de una regla.
Un epistolario
mediano bueno. Un santoral viejo de lectura y canturía. Un libro pequeño de
misas votivas, viejo. Unas cinquistorias viejas.
Un cuaderno de
las tinieblas. Un cuaderno de Corpus Cristi.
Un cuaderno de
las procesiones.
Campanas y otras cosas
Dos campanas en
el campanario, la una grande y la otra pequeña.
Otra campana grande.
Una rueda de campanillas.
Una campanilla
de mano. Un acetre. Una lámpara con su bacín.
Unos hierros
buenos de hacer hostias. Unas ampollas de estaño.
Una cruz de
latón quebrada.
En ocho días
del dicho mes de octubre del dicho año, tomaron la cuenta a Fernando Sánchez de Velasco, mayordomo de la dicha
iglesia en la forma siguiente:
Montaron los
maravedíes que tenía recibidos el dicho mayordomo, hasta este dicho día, con
los tres mil y ochocientos y cuarenta y un maravedíes y con los mil y ciento y
tres maravedíes y medio que recibió según pareció por su cuenta, cuatro mil y
novecientos y cuarenta y cuatro maravedíes y medio. IIII U DCCCC XLIIII mº
(4.944,50).
Pareció que
tenía gastado según lo dio por menudo en su libro, mil y setecientos y cuarenta
y seis maravedíes. I U DCCXLVI (1.746.-).
Así que se le
alcanzó al dicho Fernando Sánchez por tres mil y ciento y noventa y ocho maravedíes
y medio y más catorce arrobas de aceite. III U CXCVIII mº (3.198,50), XIIII
(14) arrobas de aceite.
/187/
Se le cargan más,
los tres mil y ciento y treinta y dos maravedíes que ha de cobrar del Vicario
de Segura, para lo cual le quedó mandamiento para los alcaldes de Segura, para
lo ejecuten en el dicho Vicario.
Posesiones del beneficio
El dicho
beneficio tiene de rentas los dos tercios del pie de altar y el otro tercio
lleva el sacristán. Tiene más las primicias para el queso de la dicha villa.
Tiene unas
casas que mandó Juana Ruiz, la beata, al cura de la dicha iglesia con condición
que diga los domingos en las misas un responso en su sepultura y ruegue a Dios
por ella. Las cuales dichas casas son dentro en la villa a las espaldas de
palacio linde de Diego Ruiz.
En la dicha
iglesia hay una capellanía que no
hay memoria de quien la dotó, la cual parecía que antiguamente era en costumbre
de llevar el cura de la dicha iglesia con cargo que le mandaron los visitadores
pasados que dijese cada semana una misa con una vigilia y conmemoración por las
animas de quien instituyó la capellanía susodicha y que en todas las semanas de
la Cuaresma diga dos misas por los dichos instituyentes y coja un sacerdote que
le ayude a decir los divinos oficios.
La dicha
capellanía tiene unas casas linde de Juan de Henares, y un bancal de huerto que
dicen la Huerta del Abad, linde de Juan García de la Seda. Otro bancal de
regadío linde de herederos de Juan Sebastián. Otro bancal linde de herederos de
Andrés Fernández que es en el Portillejo. Diez y seis pies de olivas en
diversas partes. Un huerto en la Noguera, linde con herederos de Martín del
Aguadera.
Ítem en la
dicha iglesia hay otra capellanía que
instituyó Elvira Sánchez, mujer del alcaide Pedro de Soto, la cual posee
Juan Gómez, cura de Benatahe, tiene la dicha capellanía las posesiones
siguientes:
Unas casas en
la calle Somera linde de Ajenjo.
/188/
Una viña en el
llano de Martín Corral de treinta peonadas, linde de García de Pedregal y Juan
Rodríguez de Mendoza.
Otra viña en la
cabezada del llano de Martín Corral, linde de Pedro García de la Huerta.
Otra viña en el
dicho llano que se dice de Pedro Cano, linde con el monte y con Martín López.
Otra viña en la
oliva hatera. Las olivas que compró la dicha difunta de Fernando García de la
Matilla.
Un hero en el
Felcar (¿) y otro en Peña Fleyta, linde de Juan López.
Otro hero en la
dehesa de (….) con una oliva que está en el Villarejo.
Otro hero en la
Salobreja, linde de Pedro Fernández, alcalde.
Otro hero en la
Fuente del Rey, linde de Pedro Vázquez.
Otro hero en la
Fuente de la Puerca. Una cama con dos colchones llenos de lana. Dos pares de
sábanas de cáñamo nuevas. Una cabecera blanca nueva. Dos almohadas de lienzo.
Una colcha nueva. Un alfamar (¿) nuevo. Doscientas y diez y siete arrobas de tinajas
buenos. Seis cubas de hasta cuatro arrobas. Otras jarcias y atavíos de casa. Un
arcas y una caldera.
Otro huerto
linde de Fernando de Mendoza y de Martín Bermejo.
Otro huerto en
el Carrascal, linde de Martín García y de Fernando de García Martínez.
Otro huerto en el dicho Carrascal, que hace
media fanega de cañamón, linde de Alonso Fernández de Balboa y de Martín
Sánchez.
Otro huerto en
la Cañada linde de la de Juan de Arenas.
Cuatro morales,
los dos en el Frecar (¿) otro en Peña Fleyta, otro en vaido (¿) de las Cañadas,
todo esto vale de renta en cada un año cinco mil maravedíes y más la casa.
Hay una ermita
en término de la dicha villa que es de San
Cristóbal, no tiene renta ninguna.
Visitaron una
ermita que es de la vocación de San
Sebastián que está la casa /189/ muy bien reparada, la cual tiene los
ornamentos y cosas siguientes:
Un vestimento
de zarzahán con todo su recabado.
Un poyal de
montería. Un frontal de lienzo colorado. Una sábana blanca con orillas
coloradas y cárdenas. Otra sábana con orillas cárdenas. Dos pares de manteles
buenos. Dos pares de hazalejas labradas las unas. Otros dos pares de hazalejas
labradas pequeñas. Un paño de seda delgado con orillas anchas. Cinco colmenas.
Una haça de allende del Guadalimar y la boca (¿) de la Cañada que hace ocho
fanegas; y un bancal junto con la casa, alinde de las de Martín Gómez. Un sitio
de colmenas con otra poca de tierra junto con él.
Plata
Un cáliz de
plata de diez onzas que el Concejo tomó para hacer una custodia y lo ha de
pagar el dicho Concejo a la dicha ermita.
Hallaron por mayordomo
en la dicha ermita a Rodrigo Martínez mayordomo de la dicha villa, al cual
tomaron cuenta de los maravedíes que recibió así de miel, como de cera, como
del alcance que se le hizo por la cuenta pasada.
Montó el cargo
que se le hace al dicho mayordomo de los maravedíes que así recibió, seis mil y
setecientos y siete maravedíes. VI U DCCVII (6.707.-).
Montó los
maravedíes que tiene gastados el dicho mayordomo según lo dio por menudo en su
cuenta, mil y treinta y ocho maravedíes. I U XXXVIII. (1.038.-).
Descontados de
los maravedíes del dicho cargo fue alcanzado el dicho mayordomo por cinco mil y
seiscientos y sesenta y nueve maravedíes y una fanega y media de trigo y una
fanega de cebada que asimismo recibió. V U DCLX IX (5.669.-) I fanega VI celemines de trigo; I fanega de
cebada.
Se hace cargo
al dicho mayordomo, del cáliz que debía el dicho Concejo, por cuanto los dichos
visitadores se lo hacían pagar y ejecutaban por él en el dicho Concejo y el
dicho mayordomo se dio por contento del dicho cáliz y tomó seguridad de prendas
por él.
/190/
La cual dicha
acta juró el dicho mayordomo y por los dichos visitadores fue condenado en los
dichos maravedíes y para que los dé y pague a la dicha ermita dentro de nueve
días primeros siguientes; y si en él quedare la dicha mayordomía se le haga
cargo de todo ello.
A la cual dicha
cuenta estuvieron presentes los alcaldes y regidores y otros hombres buenos de
la dicha villa y la aprobaron por buena.
La ermita de San Blas
Y luego los
dichos visitadores visitaron la ermita de San Blas, la cual está razonablemente
reparada y de las cosas de la dicha ermita se hizo inventario en la forma
siguiente:
Tiene cuarenta
y seis cabezas de ganado cabrío machos y hembras.
Tiene unos manteles
de cáñamo buenos.
Tiene una
huerta con árboles junto a la ermita.
Se tomó la
cuenta al mayordomo de los maravedíes que ha recibido y gastado por la dicha
ermita en la forma siguiente:
Montan los
maravedíes que recibió de la dicha ermita según lo dio por menudo en su libro
con los cuatro mil y quinientos maravedíes que debe a la dicha ermita el
Concejo de la dicha villa, seis mil y cuatrocientos y ochenta y seis
maravedíes. VI U CCCCLXXXVI (6.486.-).
Que gastó por
menudo en ciertas cosas, ciento y sesenta y ocho maravedíes para la dicha
ermita. CLXVIII (168.-).
Descontados del
dicho cargo queda alcanzado el dicho mayordomo que se llama Pedro Sánchez por
seis mil y trescientos y diez y ocho maravedíes. VI U CCCXVIII (6.318.-).
La cual dicha
cuenta juró el dicho Pedro Sánchez, mayordomo, en forma debida y en presencia
de los alcaldes y regidores de la dicha villa, los cuales la dieron por buena;
y los dichos visitadores condenaron al dicho Pedro Sánchez, mayordomo, que dé y
pague los dichos maravedíes a la dicha ermita o a quien por ella /191/ lo
hubiere de haber, dentro de nueve días primeros siguientes y si al dicho Pedro
Martínez (Sánchez) el dicho Concejo le dejare en la dicha mayordomía, se haga
cargo de los dichos maravedíes.
Fortaleza
En nueve días
del dicho mes de octubre del dicho año, los dichos visitadores fueron a visitar
la fortaleza de la dicha villa, en la cual hallaron a Pedro Vázquez de
Paradinas por alcaide por don Pedro Puertocarrero, el cual entregó las llaves a
los dichos visitadores y ellos las tomaron y cerraron las puertas y se
apoderaron dentro y entraron y comenzaron de visitar la dicha fortaleza en la
manera siguiente: entraron en una puerta de una barrera de la delantera de la
torre y a la mano derecha está un aposentamiento bajo, el cual tiene delante un
portal grande sobre pilares de ladrillo; y debajo este portal, está una casa
para establo con tres apartamientos pequeños y al cabo de ellas un corral
pequeño y junto con este está un pajar pequeño; y al cabo de este portal está una
despensa con sus buenas puertas y junto con ella entra una puerta a un patio
pequeño que tiene otro portal y a colgadizo; y a la mano izquierda una cocina
con una chimenea.
De esta cocina
entra otra puerta por una calleja y entrando a la mano derecha está un palacio
pequeño y luego una casa de servicio. Y luego sube una escalera a una saleta
alta, tiene una ventana que sale a la calle y a cada costado tiene una cámara
con sus puertas todo bien reparado.
Y luego vieron
en el dicho patio otra cocina pequeña con una chimenea. Junto con ella sube una
escalera a la mano izquierda y está una sala grande con una chimenea y una ventana
que sale sobre el portal; y de esta sala entran a una cámara con un
retraimiento y luego más adelante está una cuadra buena bien reparada y
enmaderada.
/192/
De esta sala
entran a un retraimiento y sale otra puerta a unos corredores pequeños con sus
barandas de madera que llega al adarve de la villa; y de la dicha sala sube una
escalera a un corredor que sube sobre el adarve hasta la sierra (¿) y a las
espaldas de este aposentamiento está un patio con un buen pozo con agua con su
cubo y carrillo.
Y subiendo a la
fortaleza desde el patio primero y a la entrada está una barrera pequeña de
hasta ocho tapias en largo la cual es de piedra y yeso; y de esta barrera sube
una puente levadiza a una puerta que sube a la fortaleza, la cual tiene unas
puertas encoradas y entrando a la mano derecha está una bóveda grande, la cual
tiene una mazmorra; y de esta bóveda salen a la mano izquierda y está una
despensa y adelante una cámara con un pozo de agua manantial y todo esto está
en el cuerpo de la fortaleza. Y de aquí suben por una escalera de madera y
llegan a una salita que tiene una ventana de reja que sale al campo; y de esta
sala entra una puerta a una bóveda que solía ser capilla donde decían misa. Y
al otro cabo está una cámara de bóveda y luego subiendo más arriba por la dicha
escalera más arriba a otro descanso del cual entran a una sala pequeña y a un
retraimiento y a una garita de tabique de yeso y sale sobre la puerta de la
fortaleza.
Y luego
subiendo por la dicha escalera sobre la mano derecha está otra sala muy buena
con otra chimenea; y sobre la otra mano izquierda sale una escalera a una
bóveda grande con ciertas rejas para bastimento. Y de aquí suben por la dicha
escalera a una cámara más alta con un horno para cocer pan y una chimenea para gente
(¿).
Y luego
subiendo por la dicha escalera a lo más alto está una garita hecha como
cobertizo muy mal reparada y sobre ella está un camaracho desbaratado.
/193/
Y luego más
adelante está una cámara que dicen de las armas; y delante de ella está una
sala toda cubierta de madera de pino con sus puertas y ventanas y está mal
reparada; y alrededor de esta sala y cámara están tres corredores mal tratados
y los tejados y tabiques quebrados; toda esta fortaleza está abrazada con dos
torres gruesas y lo alto de estas torres está petrilado y almenado y encima sus
tejados y cobertizos.
Y luego los
dichos visitadores se volvieron a la puerta de la dicha fortaleza y recibió
dicho Rodrigo Dávalos pleito homenaje del dicho Pedro Vázquez, según y de la
forma que por las otras fortalezas se habían hecho los otros alcaides. Y luego
le pidieron los dichos visitadores al dicho Pedro Vázquez la entrega de la dicha
fortaleza y de las mejoras que el dicho comendador en ella ha hecho, el cual
dijo que no recibió cosa ninguna y que ha mejorado una huerta que compró a las
espaldas de la dicha fortaleza, la cual vieron y visitaron, la cual tiene
muchos árboles y parras y otros frutales y está bien reparada y bien tratada.
Y así visitada
la dicha fortaleza hallaron los dichos visitadores que por la visitación pasada
fue mandado reparar y hacer en la dicha fortaleza ciertos reparos de los cuales
hallaron por hacer los siguientes:
Primeramente faltaban
a las puertas de la dicha fortaleza y aposentamientos de ellas catorce
cerraduras y dos pares de puertas medianas.
Ítem en la
torre mayor está mal tratado el un tercio del suelo del tejado de ella y han de
menester reparar así de madera como de teja en la parte de hacia la villa. Y
asimismo los camarachones y pasamanos de las escaleras. Y asimismo en los
corredores y en otras ciertas cosas y para mandarlo ejecutar, mandaron llamar a
Alonso Gómez /194/ cantero albañil y recibieron de él juramento en forma debida
de derecho públicamente; al cual mandaron que so cargo del dicho juramento que
aprecien y tasen todas las cosas susodichas cuanto será menester para hacerlo y
reparar y en qué tiempo se podría hacer.
El cual dicho
Alonso Gómez dijo y declaró que para hacer las dichas obras y reparos según
dicho es, que es menester nueve mil y doscientos maravedíes.
Y después de
esto los dichos visitadores visitaron los dos
hornos de poya que hay en la dicha villa que son de la dicha Encomienda,
los cuales han menester algunos reparos. Y por la visitación pasada los
visitadores pasados mandaron al Comendador que los hiciesen reparar dentro de
cierto tiempo que para ello le asignaron. Lo cual hallaron no estar hecho y
para ejecutarlo mandaron apreciarlo al dicho Alonso Gómez, cantero, sobre
juramento que públicamente de él se recibió, el cual los vidos los dichos
hornos y apreció lo que podía costar el reparo de ellos, el cual declaró que so
cargo del juramento que tenía hecho, que eran menester para el reparo de los
dichos hornos, dos mil y novecientos maravedíes. Y declaró que los reparos que
se han menester hacer en los dichos hornos son los siguientes:
En el horno de
arriba, adobar la capilla de nuevo y hacer los poyos y cubrir los aleros. En el
horno del Cerrillo cubrir el tejado y adobar la capilla y enlosar algo del
horno y alzar los poyos; para lo cual dijo que era menester hacerse en los
dichos hornos y los reparos de la dicha fortaleza, hasta el día de San Juan de
junio del año venidero de noventa y nueve años.
Y luego los
dichos visitadores, en nueve días del dicho mes de octubre, depositaron en
poder de Pedro Fernández, vecino de la dicha villa, doce mil cien maravedíes,
los dos mil y novecientos maravedís para el reparo de los dichos hornos y los
nueve mil y doscientos maravedíes para el reparo de la dicha fortaleza según de
suso es dicho, el cual dicho Pedro Fernández recibió en sí el dicho depósito y
se /195/ otorgó por contento de los dichos maravedíes y se obligó de hacer los dichos
reparos hasta el dicho día de San Juan de junio del año venidero de noventa y
nueve años y de los maravedíes que gastare de dar cuenta a quien por sus
altezas se la demandare, para lo cual obligó su persona y bienes y renunció las
leyes del derecho y otorgó carta firme y recibo; testigos que estuvieron
presentes Juan de Avilés y Juan
Manrique, vecinos de Villa Rodrigo y Alonso Fernández de Balboa, vecino de
Siles.
COMENTARIOS: En el año 1.498, Siles era una villa de señorío
de la Orden de Santiago. Como tal señorío pertenecía a la Encomienda de Segura,
cuyo comendador era don Pedro Pertocarrero, provincia santiaguista de Castilla
y Priorato de Uclés. En lo eclesiástico pertenecía al arzobispado de Cartagena
y Vicaría de Segura de la Sierra y en lo civil al Reino de Murcia, distrito de
Segura de la Sierra. Administrativamente la Encomienda dependía directamente
del Maestre, que en este año eran Sus Altezas los Reyes Católicos con total
independencia de la capital murciana.
Su iglesia es de la vocación de Nuestra Señora la Virgen
María, y es de dos naves sobre pilares de ladrillo y yeso; cubierta de madera
pintada, armada a nudillos; y en el altar mayor está una imagen de Nuestra
Señora de bulto. Tenía un campanario con tres campanas, dos grandes y otra
pequeña. El cura era Antón Sánchez Merino, freile de la Orden de Santiago y su mayordomo
Fernando Sánchez de Velasco. La iglesia tiene dos capellanías, una de ellas es
la que instituyó Elvira Sánchez,
mujer del alcaide Pedro de Soto, la cual posee Juan Gómez, cura de Benatahe.
Se visitaron las ermitas de San Cristóbal, San Sebastián y
San Blas. En la visita de 1525 se acababa de construir la ermita de San Roque,
que estaba a las afueras de la villa, a la que solo le faltaba hacerlo los
suelos.
Los visitadores fueron a visitar la fortaleza de la dicha
villa, en la cual hallaron a Pedro Vázquez de Paradinas por alcaide, puesto por
el comendador de Segura, don Pedro Puertocarrero. Se describe con detalle cómo
era la fortaleza y los reparos que necesitaba.
La Encomienda de Santiago tenía en la villa dos hornos de pan,
que necesitaban algunos reparos.
Tenía 195 vecinos o familias (alrededor de 1.000 habitantes)
de los cuales 19 eran caballeros de cuantía, obligados a tener caballo y armas,
dispuestos para la guerra. Eran cuantiosos aquellos vecinos que tenían
propiedades por valor superior a una determinada cantidad o cuantía.